Por: Juan Collantes / Analista | Videnza Instituto
La reciente publicación del Índice Regional de Eficiencia en la Inversión Pública (IREI) al tercer trimestre de 2025 ubicó al Gobierno Regional (GORE) Piura en el quinto lugar de 25 regiones. Es su mejor posición histórica, un salto notable desde el puesto 18 del mismo periodo de 2024.
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A primera vista, la mejora es motivo de aplauso, pero al revisar los componentes del IREI, la realidad detrás de este avance plantea interrogantes. El GORE muestra mejoras fidedignas: la Sobrecarga de Proyectos bajó de 85% a 69%, es decir, se está formulando menos proyectos que no se ejecutan, y la Atomización de Proyectos pasó de 45% a 38%, lo que muestra una cartera menos intensiva en proyectos de poca envergadura.
Sin embargo, el verdadero motor del salto fue el Retraso de Proyectos. Hasta el segundo trimestre de 2025, las regiones con menos de 1,000 días de retraso se contaban con los dedos de una mano. Al tercer trimestre de 2025, 19 regiones han reducido el retraso a menos de un año. Piura, que registraba 1,414 días promedio, ahora muestra solo 91.
¿Cómo se logró? No por acelerar obras, sino por una maniobra administrativa: el aplazamiento masivo de fechas de fin. Piura es la cuarta región que más ha postergado la culminación de sus proyectos, extendiendo en promedio +5.6 años las fechas límite en 99 inversiones.
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Entre ellas, el “Mejoramiento del servicio de seguridad ciudadana en Ayabaca y Huancabamba”, que postergó su finalización de 2021 a 2029 debido a constantes observaciones técnicas y controversias. Similar es el caso del “Afianzamiento del Reservorio Poechos” en Chira, proyectado para 2021, que se mantuvo en stand-by por arbitrajes y, con la intención de añadir nuevos entregables, su fecha de finalización se ha programado para 2028.
Esta práctica, aunque realista, camufla la ineficiencia y diluye la urgencia de las inversiones. En lugar de resolver las controversias, se les da un nuevo horizonte, postergando resultados para la población.
Así, a través de estos cambios, Piura ha logrado salir de la parte baja del ranking del IREI. Además del reto de mantener el puesto en próximas ediciones, el GORE debe concentrarse en consolidar una gestión que asegure la culminación oportuna de los proyectos y un uso más eficiente de los recursos. De esa manera, los avances registrados podrán traducirse en resultados sostenibles y beneficios concretos para la población.
Tomado del Semanario El Tiempo











