Parece que el ministro de Agricultura y hasta el irascible premier, Aníbal Torres, se dieron por vencidos ayer al caer, por tercera vez la compra internacional de fertilizantes para los agricultores peruanos.Ambos ministros y el propio gobierno de Pedro Castillo fueron derrotados sin pena ni gloria por la incapacidad y la corrupción.
Incapacidad porque hasta en tres oportunidades los funcionarios estatales no han podido elaborar bien las bases de la licitación internacional; y corrupción porque detrás de cada compra la Contraloría ya había detectado indicios de irregularidades por lo que dos licitaciones anteriores fueron abortadas. La pregunta ahora es: ¿Solucionará el problema de urea los “fertibonos”?
Para los entendidos la respuesta es un rotundo no. Repartir dinero es caer nuevamente en el populismo; en trasladar la responsabilidad a los agricultores en una tarea que el gobierno no pudo cumplir y por último, nadie asegura que el dinero llegue a quienes lo necesitan y este se gaste realmente en la compra de urea y no en televisores.
Si este gobierno no da la talla para hacer una simple compra, ¿qué podemos esperar de la tan manoseada reforma agraria?.
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