“Cuando los soldados se queden sin trabajo, / entonces los niños saldrán de sus hogares y entonarán salmos de alegría. / No habrá más botas pisando la pureza / ni balas atravesando los continentes… / Cuando los soldados se queden sin trabajo, / entonces / las madres saldrán de sus hogares y entonarán canciones de esperanza”.
Empiezo estas líneas citando estos versos del poema “Metamorfosis” de Carlos Guevara Morán, conmovido por los últimos hechos ocurridos en el país. Nuestra memoria histórica jamás olvidará este pedazo de tiempo y espacio que marcó una vez más la triste historia de herencia represiva y de crimen institucionalizado. He parafraseado también los versos de Vallejo cuando nos dice que el Perú nos duele.
¿Qué necesidad de dar órdenes de matar, matar para amedrantar? Siempre se equivocan, porque en lugar de miedo, producen dolor que se transforma en furia, rebeldía y ganas más profundas de seguir luchando por la dignidad de nuestro querido Perú. ¿Qué necesidad de tener un Congreso que hasta hace pocas horas no reconocía su error al tomar medidas que condujeron a lo terriblemente vivido?
Desde el cielo, Inti y Bryan sigue diciendo no a la violencia, nuestra lucha es por no permitir más mediocres y corruptos como gobernantes. Nuestra lucha es por no permitir “líderes”, como Martin Merino, Antero Flores Aráoz, etc., que no comprenden que “la paz se construye con la renuncia a los propios intereses” y sin dar órdenes para reprimir al pueblo. ¡Que paguen sus crímenes! Seguramente agradecen por tener los padres que los procrearon, pues han dado un claro mensaje de continuar luchando como jóvenes por la dignidad de nuestro Perú.
Con su hazaña, estos héroes seguirán exigiendo a que no repriman a los jóvenes como Jaime Gonza, brutalmente golpeado el lunes 16 en Piura. Gracias, Héroes del Bicentenario. Nadie apagará la luz que dejan. Gracias.