El perfil del consumidor ha cambiado para siempre. Tras la crisis, la incertidumbre de la “nueva normalidad” obliga a las empresas y marcas a adaptarse con rapidez.
La nueva realidad económica y social que se vive hoy, debido a la pandemia mundial, ha generado que la gestión de las empresas cambie de manera drástica. Después de esta crisis, surgirá una nueva arquitectura económica con cambios profundos en cuanto a las preferencias de los consumidores.
Se esperan nuevos desafíos, incluso, al superar esta crisis. Los resultados: positivos o negativos dependerán de la capacidad de reacción y adaptabilidad de cada empresa. Las preguntas principales que todas deberían hacerse justo ahora son ¿cuál será esta nueva realidad? y ¿cómo me enfrentaré a ella?
Los cambios de hábito que el consumidor adoptó durante la pandemia no desaparecerán.
Muchos comportamientos que antes parecían irreales han llegado para quedarse. Los consumidores se han vuelto más cautelosos, lo que ha impactado en su canasta familiar.
Esta situación ha beneficiado a las empresas dedicadas a la comercialización de productos de primera necesidad. Al mismo tiempo, se ha priorizado la conveniencia y se buscan nuevas formas de compra que brinden mayor seguridad y se adapten a los bolsillos de los clientes.
Según estudios de Nielsen, más del 50 % de consumidores afirman que aumentaron sus compras en las categorías de limpieza y salud. También se abastecen más de productos comestibles, como salsas y condimentos (45 %), alimentos listos para comer (42 %) y productos con fechas de vencimiento más extensas.
Según un estudio de Visa, el pago digital y sin contacto se aceleró en mercados de América
Latina. Ahora los clientes priorizan la salud la higiene y la seguridad. Los comercios deben ofrecer distintos métodos de pago a sus clientes para asegurar sus compras. La crisis ha fortalecido los pagos digitales y sin contacto, y las aplicaciones como Yape, Plin o Lukita son básicas en comercios que desean permanecer a flote.
Las empresas deben adaptarse con rapidez al nuevo escenario, las marcas demostrar un propósito claro, de cara a la sociedad.
Luego de superar esta crisis, las empresas tendrán dos opciones: transformarse y superar
los desafíos o no hacer nada y fracasar.