Los resultados preliminares nos indican que hay un país que exige con urgencia cambios -incluso, sin importar el costo institucional- y hay otro Perú que confía aún en los procedimientos democráticos, en la tradición republicana y el mercado como instrumento para generar inversión, trabajo, riqueza, crecimiento y desarrollo. Los políticos deben leer este panorama pues, más allá de lo que ocurra en la segunda vuelta, es necesario que estas dos fracciones del país dialoguen y hallen una salida común, una que implique la doble operación de cambiar y conservar.
Esta primera vuelta nos ha mostrado la partición del voto derechista -hasta el cierre de esta edición, los bocas de urna transmitidos daban diferencias mínimas, casi inexistentes, entre Hernando de Soto, Keiko Fujimori, Yonhy Lescano y Rafael López Aliaga.
Es necesario que la derecha recuerde que, al igual que la izquierda, tiene la misión de crear un balance político legítimo, que recoja las aspiraciones válidas de un sector de la población. Aquí y allá es necesaria la unidad.
También es preciso que a partir de esta etapa, los peruanos entremos a un período de reflexión, necesario en democracia, para decidir conscientemente lo que creemos conveniente para nuestro país. Los resultados llaman a los votantes a pensar en la unidad de ideas y aspiraciones para que el siguiente gobierno tenga legitimidad y pueda ejercer sus funciones sin que las turbulencias propias de la política terminen imponiendo su ley, sus apetitos egoístas y sus peligros.
Nuestro país ya pasó por peligrosas situaciones derivadas de la incapacidad de nuestros políticos para anteponer los intereses colectivos por sobre las directrices, las consignas, y para proteger y cautelar las aspiraciones de la ciudadanía a pesar del acoso constante de la criminalidad y la corrupción enquistada en el aparato público.
Ahora entramos a una segunda vuelta en que esta voluntad común de vivir en paz debe guiar los destinos de esta república de doscientos años. Por eso se requiere que las diferentes denominaciones políticas encuentren los puntos en común y formen verdaderas alianzas que permitan darle viabilidad al país.
Esperemos que la segunda vuelta nos traiga buenas noticias para el bien del país.