Este 2020 ha sido un año muy duro para los piuranos y todos los peruanos. La pandemia se ha llevado a más de 35 mil compatriotas, incluidos 25 mil piuranos, y dejado sin empleo a muchas personas. A esta crisis sanitaria y económica, se ha sumado la crisis política que ha desatado la protesta legítima de millones de ciudadanos cansados de ver cómo los principales líderes del país velan por sus interesen personales en vez del ciudadano. ¿Cómo afectó este panorama a la economía? Si bien las proyecciones del BCR indicaban una drástica caída del PBI del 12,7%, también otorgaban una estimación favorable para el 2021 con un crecimiento del 11%.
Esta proyección no estimaba la dura crisis institucional por la turbulencia ocasionada por un Poder Legislativo disfuncional, un proceso de vacancia cuestionable, un presidente fugaz y la elección de Francisco Sagasti como presidente interino. Lo que saltó a la vista fue que tras la coyuntura el dólar subió a 3.66 al 16 de noviembre, lo que trae como consecuencia el encarecimiento de la deuda en dólares y del valor de las importaciones. Respecto al riesgo país, el indicador EMBI+, medido como la diferencia entre la tasa de interés que un país debe de pagar por emitir deuda en el exterior y la tasa de interés de los bonos del Tesoro de EE. UU., se incrementó a 1,14% al 13 de noviembre. Esta situación no incentiva la inversión pública y privada y provoca fuga de capitales, además del encarecimiento de las tasas de interés de la deuda externa, así como del costo de fondeo del sector privado.
Adicionalmente, el índice general de la Bolsa de Valores de Lima se desplomó un 5% tras la coyuntura; mientras que el EPU, índice conformado por las principales 27 acciones más líquidas de la BVL que se negocia en New York, cayó un 4,2%, lo que trae como resultado la descapitalización de las empresas que cotizan, reducción en la confianza de los inversionistas y caída en los fondos de pensiones administrados por la AFP. Con todo esto es evidente que las decisiones políticas impactan en nuestra economía.
Por ello, nos urge como sociedad una recuperación económica, para ello es necesario que exista un clima que promueva la estabilidad y previsibilidad, con un consenso entre los diversos sectores de la sociedad; revirtiendo la incertidumbre de corto plazo y evitando que el deterioro económico continúe rumbo a límites ya conocidos en décadas pasadas. Se tiene que garantizar la gobernabilidad del país de tal manera que se otorgue sostenibilidad a las políticas públicas.