¿Para qué vemos televisión o leemos diarios o posts en redes sociales? Lógicamente lo hacemos para estar informados y saber qué está pasando. Pero qué sucede si se nos despierta la curiosidad y queremos saber más.
Normalmente los hechos que hacen noticia, así como las declaraciones de sus protagonistas, se instalan como piezas de mosaicos en nuestra mente y, dependiendo de factores individuales como vivencias o certezas que condicionan nuestra propia percepción, es que nos formamos nuestra opinión.
¿Es eso suficiente? La verdad es que si nos contentamos con conocimientos básicos y superficiales sí lo es. Pero si lo que realmente nos interesa es acercarnos a la realidad y advertir facetas ocultas, debemos esforzarnos en buscar distintos análisis y atender a otros enfoques. ¿Por qué ocurrió ese suceso? ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿A quiénes afecta? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué implicancias trae? ¿Qué nos enseña?
Al contrastar nuestros puntos de vista con los de otros, aunque sean divergentes, aunque no nos guste la fuente o pensemos distinto al expositor, enriquecemos y profundizamos nuestro conocimiento con la calma que brinda la empatía.
¿Y cuál es la mejor forma de hacerlo? No hay que descubrir la pólvora para esto, solo hay que leer a otros columnistas de opinión o escuchar debates sobre el tema, evitando así ese vertiginoso y nocivo inmediatismo de fanfarrones que imponen sus obtusos y a menudo obsecuentes enfoques, disfrazando soberbia de ignorancia.
Hay mucha gente que lamentablemente “se pega” a cierto medio de prensa o se hace seguidora de personajes mediáticos y -al suscribir sus asertos “sin dudas ni murmuraciones”- lo que no quieren es verse cuestionados ni correr el riesgo de debilitar su endeble pensamiento. Luego cuando con gran frescura afirman “yo no me complico, no me hago bolas”, creen que ya son dueños de la verdad y, peor aún, pretenden que otros los sigan.
El hecho de estar siempre abierto al contraste de ideas y opiniones, enriquece e ilumina el intelecto y empodera al lector, engendrando la modestia que fluye naturalmente del conocimiento matizado con el juicio crítico.
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.” Marco Aurelio.