El alcalde de Denver, el demócrata Mike Johnston, declaró que no teme enfrentar la cárcel por oponerse a las deportaciones masivas propuestas por el expresidente republicano Donald Trump, quien asumirá un segundo mandato en enero. Sus declaraciones, que luego intentó aclarar, generaron controversia entre los republicanos, quienes señalaron que oponerse a políticas migratorias federales podría considerarse una forma de «insurrección».
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Tom Homan, quien será el próximo «zar de la frontera» bajo la administración de Trump, afirmó que interferir con las acciones de agentes federales constituye un delito y expresó su disposición a encarcelar a Johnston si fuera necesario.
Johnston ha rechazado el uso de tropas estadounidenses en temas migratorios, aunque precisó que aquellos que cometan delitos graves, como asesinato o violación, deben enfrentar todo el peso de la ley y ser deportados. Asimismo, calificó las acciones propuestas por Trump como «ilegales, inmorales y contrarias a los valores estadounidenses», asegurando que no le preocupa ser arrestado por su postura. Su posición cuenta con el respaldo de organizaciones humanitarias como Hope Has No Borders (Esperanza sin Fronteras).
Enfrentamientos con Trump por la política migratoria
A nivel nacional, varias autoridades locales se preparan para defender a los migrantes ante las políticas del próximo gobierno. En Los Ángeles, el Concejo Municipal votó unánimemente para prohibir el uso de recursos y personal local en operaciones migratorias federales.
Además, los gobernadores de California, Arizona y Nuevo México, tres de los cuatro estados fronterizos con México, anunciaron que no participarán en deportaciones masivas.
En Denver, Ryall expresó que la retórica antiinmigrante es «realmente terrible». Por su parte, Margaret Thompson, presidenta del Centro de Bienvenida de las Montañas Rocosas en Aurora, manifestó su preocupación por las políticas divisivas de la administración entrante. “Nos mantendremos firmes en nuestra misión de apoyar a las familias de inmigrantes y refugiados, promoviendo una comunidad basada en la equidad, inclusión y comprensión”, afirmó.
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Las elecciones recientes han incrementado la incertidumbre y preocupación entre los grupos que trabajan por los derechos de los migrantes, pero también han fortalecido su compromiso con la defensa de los valores humanitarios.
