No solo la nueva cepa del coronavirus hallada en Reino Unido está fuera de control. Por Piura, el síndrome navideño parece que ha nublado el criterio a muchas personas que han salido en tropel a los centros comerciales y mercados a “vivir” el ambiente de Navidad pero sin cuidar las normas de salubridad que se requieren para mantener a raya al COVID-19.
Ni siquiera las noticias alarmantes sobre el incremento de infectados, la falta de camas UCI o de atención en los hospitales de Piura, ha frenado el deseo de vivir las fiestas de fin de año como si aquí no pasara nada. El Complejo de Mercados y las extensas colas en bancos e instituciones públicas son focos infecciosos, que a muchos piuranos -parece-, no les preocupa o se sienten inmunes.
En Europa se “convocó” una segunda ola, precisamente por esa confianza en la población que tras el levantamiento de las restricciones, se volcaron a las calles creyendo que todo había pasado. Ojalá esa confianza que hoy exhibe el piurano en las calles no juegue en contra de su salud en las próximas semanas, considerando que ya anda suelto una mutación del COVID-19, 70% más contagioso que el primero.