Las universidades cuyas licencias para seguir “estafando” a los alumnos han sido denegadas por la Sunedu se resisten a desaparecer y han emprendido un contraataque por dos frentes: un frente es el Congreso en donde los lobistas han logrado desestabilizar a la Sunedu, proponiendo convertirla en una nueva ANR, en la cual los rectores (juez y parte) tomarán decisiones sobre el futuro de las universidades.
El otro frente de ataque es el legal. Por lo menos 21 universidades, de las 50 denegadas, entre las que se encuentran Telesup, cuyo fundador es el congresista José Luna Gálvez, han recurrido al Poder Judicial en un intento por dejar sin efecto la sanción de la Sunedu, por no cumplir con las condiciones básicas (es decir, lo mínimo) para la enseñanza universitaria.
En este entuerto hay mucho dinero en juego y quienes se han enriquecido vendiendo títulos universitarios están “invirtiendo” parte de su dinero para seguir en el juego de la enseñanza universitaria. En un país con altos índices de corrupción y con el dinero que hoy se mueve con el lobby, es probable que logren su objetivo. Corren las apuestas…