Parece que en el Perú a los legisladores y funcionarios del Estado, poco les interesa la educación y el futuro del país.
Mientras que en otros países se apuesta por la calidad cognitiva y aprendizaje del estudiante, y las capacidades y habilidades de los docentes; aquí se quieren saltar la meritocracia, eliminar las evaluaciones docentes y dejar que cualquier sujeto asuma el importante rol de educador.
Hasta intentan eliminar a los órganos de control de calidad como la Sunedu porque es una “pesadilla” para la mediocridad de las universidades de tiza y pizarra.
El propio presidente Pedro Castillo es uno de los impulsores de desaparecer la evaluación docente porque él nunca logró aprobar.
Las pruebas, hoy como presidente, saltan a la vista. ¿Algún padre de familia querría como maestro de sus hijos a Castillo?
En otro frente, los lobistas del Legislativo están en labor de hormiga tratando de tumbarse a la Sunedu y darles una nueva oportunidad a esas universidades que a lo largo de los años han hecho un daño enorme a los jóvenes peruanos, al entregarles títulos solo por el derecho de pagar una pensión.
Así camina hoy la educación en el país.