Dar continuidad a la lucha contra la pandemia hasta detener al virus y a la vez poner al país en la senda de la recuperación económica para generar trabajo e ingresos para todos los peruanos, son los desafíos que tiene por delante el flamante gabinete juramentado ayer con Pedro Cateriano a la cabeza.
Más allá de las críticas constructivas e intrascendentes sobre las doce nuevas designaciones, los cuatro ratificados y los dos únicos cambios de ministerio; es innegable que el solo hecho de oxigenar el Gabinete es un paso muy positivo. Ya era tiempo de ver nuevas caras, lo que implica enmendar errores y dar señales de solidez en el Gobierno para inspirar confianza, en un momento en que no hay margen para litigios y discrepancias políticas. El tiempo se encargará de decir si el presidente Martín Vizcarra se equivocó o no al invitar a Pedro Cateriano, criticado en redes sociales por su pasado humalista y elogiado por quienes esperan de él no solo nuevos aires como lo hizo en su anterior premierato, sino mayor visibilidad, a diferencia del saliente Vicente Zeballos y su relativo perfil bajo.
Sin duda un gran acierto por su reconocida capacidad de gestión, ha sido poner a Pilar Mazzetti en el Ministerio de Salud, quien es garantía de continuidad en la lucha para controlar el COVID-19 e introducir mejoras en el sector, no solo por su conocimiento del mismo, sino al haber sido jefa nacional del Comando COVID-19. De hecho ella mismo debe encargarse ahora de recomponer este equipo especial. Además de reorientar la estrategia contra la pandemia, su vasta experiencia la ubica como la más indicada para impulsar la urgente ampliación del presupuesto para salud el cual garantice, por lo menos, sentar bases para una futura reestructuración del sector en el próximo gobierno.
Además de trazarse el reto de derrotar al virus y poner al país en la senda de la recuperación económica, pese al momento complicado que vivimos, Vizcarra ha ofrecido, de la mano de su nuevo gabinete, un mayor esfuerzo de su gobierno teniendo como lineamientos: mejorar la salud, cerrar brechas y fortalecer la democracia para conducir al Perú al Bicentenario.
El país espera el éxito en este nuevo equipo, sin olvidar que de su buena o mala gestión depende la vida, la salud y la economía de los peruanos en los próximos meses.
