Desde que se hizo pública ayer la noticia de que el Ejecutivo le ha pedido su renuncia a la directora de la Autoridad Nacional para la Reconstrucción con Cambios, cundió la preocupación y la desazón entre numerosas autoridades de Piura, entre ellos congresistas y los alcaldes que durante el anterior cambio de gobierno (de Merino a Sagasti), pidieron que la funcionaria se mantenga en el cargo, y también su equipo técnico, para garantizar que las obras en ejecución no se retrasen.
La sola forma empleada ayer para comunicarle, sin previo aviso, que no va más en el cargo, dice mucho de los criterios errados empleados en la PCM, (donde está adscrita la Autoridad para La Reconstrucción con cambios) para hacer un cambio tan repentino en un cargo con responsabilidades eminentemente técnicas.
Precisamente por la naturaleza del puesto es que lo más razonable -así lo entendió el Gobierno de Sagasti- era que la funcionaria Amalia Moreno sea mantenida en el cargo hasta que concluya el proceso de reconstrucción, el mismo que logró cierta celeridad bajo su dirección.
Ahora, debido a la abrupta decisión, obras de vital importancia que se ejecutan en la región como las defensas ribereñas, el drenaje pluvial y manejo del río, muy probablemente se retrasen o incluso se paralicen. No olvidemos que el sistema de Gobierno a Gobierno con el que se está ejecutando los proyectos demanda un alto grado de especialización de parte del personal técnico.
Quienes ingresan necesariamente deberán pasar por un periodo de aprendizaje que pone en riesgo el cumplimiento de plazos de ejecución.
Indignación y extrañeza. Esa fue la reacción de representantes de colectivos y colegios profesionales ante esta desacertada medida. Sin duda la sensación que deja en la población es que en el gobierno de turno prima más el apuro por copar los cargos, antes que la eficiencia de quienes los ocupan.
No solo eso, la lectura que muchos podrían hacer es que se castiga el buen desempeño y se premia la ineficiencia. Es curioso que el pedido de renuncia se haya hecho un día después de que el titular del GORE responsable de la paralización de muchas obras, culpe a la ARCC del retraso de las mismas. Se obliga a renunciar a una funcionaria que criticaban enérgicamente la ineficiencia del gobernador.