El Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio, representa una oportunidad más para que las personas se pongan en pie de lucha para defender un hogar común: el planeta Tierra.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40 % de las tierras del planeta están deterioradas, lo que impacta directamente en la mitad de la población mundial. El número y la duración de las sequías han aumentado en un 29 % desde el año 2000, y si no se implementan acciones urgentes, más de tres cuartas partes de la población mundial podrían sufrir los efectos de la sequía para 2050 (ONU, 2023).
Para el Dr. Paolo Amaya Alvarado, biólogo y especialista, existe un panorama poco alentador, ya que los ecosistemas globales se encuentran enfrentando una amenaza inminente.
«La degradación ambiental es insostenible a largo plazo y ello amenaza la existencia humana. Desde bosques y zonas áridas hasta tierras agrícolas y lagos, los espacios naturales fundamentales para la supervivencia humana están alcanzando un punto crítico de no retorno», afirmó el especialista.
Por esta razón, este año el Día Mundial del Medio Ambiente está enfocado en promover acciones de restauración de tierras, la detención de la desertificación y el fortalecimiento de la resiliencia ante la sequía, bajo el lema: «Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración».
“Aunque no podemos retroceder en el tiempo, sí podemos reforestar, revitalizar fuentes de agua y restaurar suelos. Somos la generación que puede reconciliarse con la Tierra”, enfatizó el Dr. Amaya.
“Es fundamental encontrar un equilibrio entre la protección de la naturaleza y las necesidades humanas, en lugar de priorizar la naturaleza sobre el ser humano. Esto requiere una visión holística y multidisciplinaria para enfrentar los desafíos ambientales globales, como la transición energética y la seguridad alimentaria”, especificó.