Toda comparación es odiosa, reza el dicho popular, pero en lo referente al Proyecto Especial de Irrigación e Hidroenergético del Alto Piura -PEIHAP- es inevitable ser comparado con el proyecto de Olmos. Veamos los avances y los gastos del nuestro.
Ambos se inician en la primera década del presente siglo, años más, años menos. Hoy, año 2022, Olmos está en pleno desarrollo y supera las 20,000 hectáreas cultivadas; en cambio, el proyecto PEIHAP está paralizado, cero hectáreas irrigadas y el agua del Huancabamba, en su totalidad, riegan las tierras de Olmos. Y para colmo e indignación, el PEIHAP ha perdido la reserva hídrica de 335 millones de metros cúbicos (MMC). Literalmente, estamos en la calle.
La pregunta es, cómo así hemos llegado a esta situación?. Monseñor Daniel Turley, obispo de Chulucanas, y promotor del proyecto desde sus inicios, acompañó la gestión y ejecución del PEIHAP; interactuó con las autoridades y directivos y antes de jubilarse, decepcionado responde la pregunta afirmando que, “el PEIHAP siempre ha girado en torno a mentiras y en esconder información”. ¿Alguien se da por aludido?. Nadie, ni los que han fungido de especialistas en la dirección del PEIHAP, ni los gobernadores regionales, responsables directos de las “mentiras y en esconder información”.
La responsabilidad política de los gobernadores está en haber ninguneado el PEIHAP, de haberlo considerado en botín político y en beneficio propio, en posesionarse en tierras a ser irrigadas. Y no falta quien sea investigado en el marco de Lava Jato. Camargo Correa y Obrainsa son parte del Club de la Construcción.
Los cuatro gobernadores son responsables en mayor o menor grado por la situación actual del PEIHAP. Pero la ineptitud del gobernador Servando García ha puesto en serio peligro la ejecución del PEIHAP, al haber perdido la reserva hídrica de 335 millones de metros cúbicos (MMC) del proyecto.
En el periodo 2008-2021 se ha gastado 581, 700,000 millones de soles, que no se condice con el avance de las obras realizadas. De los 13 km del túnel de trasvase sólo se han perforado 2.5 km. Mientras que en Olmos perforaron el túnel de 20 km con la perforador TBM, en el PEIHAP han usado la Jumbo. Y la diferencia es abismal. Con la TBM, el túnel de 13 km se hubiera hecho en 1,7 años. Con la Jumbo se demoraría 5,9 años, si no es más.
Este “pequeño” detalle hace la diferencia entre los gestores del proyecto de Olmos y el PEIHAP, y es por esto que en Olmos están floreciendo miles de hectáreas con las aguas del Huancabamba.
Para dilucidar las mentiras que mejor que remitirnos a las cifras de gasto. Sólo basta ingresar a la web de Consulta Amigable del MEF y a SEACE.
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