La Tosferina, también conocida como «tos convulsiva» o «coqueluche», es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis y para prevenirla es importante la vacunación .
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La Tosferina es una enfermedad que se contagia fácilmente, por medio de las secreciones respiratorias de una persona infectada al toser o estornudar, liberando pequeñas gotas que pueden ser inhaladas por personas cercanas.
Aunque puede afectar a individuos de todas las edades, es particularmente grave en lactantes y niños pequeños, quienes pueden experimentar complicaciones severas.
Síntomas de la tosferina
Los síntomas iniciales de la tosferina suelen ser similares a los de un resfriado común, con congestión nasal, moqueo y tos leve. Sin embargo, después de una o dos semanas, la tos evoluciona hacia ataques violentos e incontrolables, caracterizados por una serie rápida de toses seguidas de una inspiración profunda con un sonido característico similar a un «gallo» (estridor inspiratorio). Estos ataques pueden ser tan intensos que provoquen vómitos, dificultad para respirar, cianosis (coloración azulada de la piel) y agotamiento.
La vacunación oportuna en niños y gestantes es una de las principales estrategias para prevenir la tosferina, una enfermedad altamente contagiosa que representa un riesgo grave, especialmente para los bebés menores de seis meses.
a falta de tratamiento oportuno de la tosferina puede acarrear graves consecuencias para la salud, especialmente en bebés. Las complicaciones incluyen neumonía, convulsiones, daño cerebral e incluso la muerte. En niños mayores y adultos, aunque las complicaciones graves son menos frecuentes, la tos persistente puede causar agotamiento extremo, dificultad para dormir, fracturas de costillas por la fuerza de la tos y otras molestias significativas que afectan la calidad de vida.
Casos de Tosferina en Perú
De acuerdo con datos del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (Minsa), la región Piura se ubica en el puesto 12 a nivel nacional, con un caso confirmado y cinco casos probables reportados hasta la semana epidemiológica 18, que comprende del 27 de abril al 3 de mayo. En contraste, Loreto encabeza la lista con 433 casos, seguido de Lima con 46.
El único caso confirmado en Piura corresponde a un niño de dos meses, registrado el 28 de febrero en la semana epidemiológica 12. Este lactante no había recibido ninguna dosis de vacuna y su madre tampoco fue inmunizada durante el embarazo, lo que lo convirtió en un paciente susceptible a la infección.
Los casos probables detectados en la región se concentran en el distrito de Piura y afectan principalmente a niños entre 0 y 5 años de edad. La tosferina es causada por la bacteria Bordetella pertussis, que se aloja en las vías respiratorias. La transmisión ocurre mayormente cuando los niños entran en contacto con adultos infectados, quienes pueden portar la bacteria sin síntomas graves. El contagio se produce a través del aire, mediante gotas expulsadas al toser o estornudar.
Esta enfermedad es especialmente peligrosa en lactantes menores de seis meses, quienes pueden presentar síntomas como labios morados o azulados, dificultad para respirar (apnea) y episodios de ahogo. En niños más grandes, se manifiesta con una tos intensa, persistente y paroxística, capaz de provocar vómitos y romper vasos sanguíneos en los ojos, generando enrojecimiento ocular.
La vacunación como método de prevención contra la tosferina
La principal medida de prevención es la vacunación. El esquema nacional contempla tres dosis administradas a los 2, 4 y 6 meses de edad, con refuerzos a los 18 meses y a los 4 años. La falta de estos refuerzos en años anteriores favoreció brotes en niños de entre 4 y 6 años.
En Piura, la vacunación en gestantes ya se viene aplicando con la vacuna DPTa (acelular). Esta inmunización es fundamental para proteger al recién nacido durante los primeros meses de vida. Además, se recomienda limitar el contacto del bebé con personas ajenas a su entorno cercano, especialmente en las primeras semanas. Lo ideal es que el recién nacido esté en contacto únicamente con la madre, el padre y cuidadores directos, evitando visitas frecuentes.
La tosferina sí tiene tratamiento. El uso de antibióticos adecuados permite controlar la infección, evitar complicaciones y reducir el riesgo de contagio a otras personas.