El ajo es un alimento común en múltiples culturas y ha sido utilizado también en la medicina tradicional por sus beneficios para el ser humano. Se trata de una planta de origen asiático perteneciente a la familia Amaryllidaceae, del género Allium (género de la cebolla y el poro).
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Su combinación de compuestos, especialmente la alicina -una sustancia azufrada que posee diversas actividades farmacológicas- y su fuente de minerales como el yodo fosforo y potasio, es lo que hace que el ajo tenga efectos beneficiosos para la salud. Por ejemplo, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, reducir la inflamación y disminuye el riesgo cardiovascular.
De igual forma, el ajo previene las inflamaciones estomacales y favorece la eliminación de bacterias dañinas en los intestinos. Asimismo, contiene saponinas y flavonoides, que aportan propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y expectorantes.
Las formas de consumir el ajo son variadas. Puede comerlo crudo o en ensaladas para aprovechar al máximo sus propiedades. También se puede utilizar para aderezar guisos, sopas o salteados, donde su sabor y olor es más tenue. Si busca una forma más fácil y concentrada de tomarlo, puede comprar suplementos o cápsulas, siempre consultando previamente a un profesional de la salud.
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