Revisemos a partir de este título con la conocida frase de Julio César, el recurrente tema de la suscripción del contrato gobierno a gobierno con el Reino Unido e Irlanda. Formalizado el acuerdo, se han comenzado los esfuerzos por comunicar virtualmente su alcance y algún detalle básico del trabajo a realizar = veni (vine). Se sustenta un buen objetivo general, un buen acuerdo y, aparentemente, un buen contrato = vidi (ví).
¿Qué falta en esta escena? Determinar con claridad meridiana qué significará el vincere (vencer)?
En 1871, Carl Menger rebatió a Adam Smith sustentando que el valor de las cosas más dependía de la valoración subjetiva del consumidor, que de su costo de producción. Ejemplo. El valor que un consumidor le concedería a una foto antigua de su familia en contraste a otra con personas desconocidas. Ambas fotografías tendrían igual costo de producción pero distinta valía económica para un mismo consumidor.
En esa línea, ¿cuál es el bien más valorado subconscientemente para el ciudadano piurano en nuestro sueño de reconstrucción? ¿Es sólo la reconstrucción física y dotación de más y mejor infraestructura? ¿O acaso sería también adquirir un sistema de gestión pública transparente y profesional supervisado por una ciudadanía informada, capacitada y empoderada en la resolución de sus problemas? Apostamos por lo segundo.
Hasta hoy, las interesantes reuniones virtuales sostenidas han sido un diálogo de un solo lado. Muchas cortesías entre los ponentes pero ninguna respuesta a los convocados. Mal inicio en ignorar a su real mandante. Para poder completar la frase imperial, y marcharse triunfante, la delegación británica y su interlocutor la ARCC debe de poder construir – desde el principio – confianza.
