Es comprensible la desazón que puedan sentir hoy muchos piuranos, aquellos que han perdido negocios; los que han sido despedidos de sus trabajos o aquellos que, aún conservando su puesto laboral, se les ha reducido sueldo o ha suspendido sus gratificaciones, etc., al saber que en el GORE, para los funcionarios de esta institución la economía sigue mejor que antes, pues todos continúan percibiendo bondadosos sueldos.
Lo irónico es que los resultados son exiguos, casi ridículos considerando que tienen un presupuesto de más de 1.100 millones de soles para proyectos de inversión; sin embargo, solo han logrado gastar a tres meses de concluir el año, el 24,4% de ese dinero. El año pasado fue igual, solo se ejecutó el 52,1%, justificando que “estaban aprendiendo”.
Lo cuestionable no es que ganen bien (a buena hora), sino la magra eficiencia de gestión y la ineficacia en el logro de los objetivos de planeamiento. El GORE gasta cerca de 50 millones de soles anuales en planillas, pero los resultados no reflejan eficiencia, pues muchos de los que están allí, parece, están solo por agradecimiento político y para calentar sillas, no para aportar.
