En el contexto actual, es muy importante la toma de datos, su registro y su traducción a indicadores que ayuden a conocer cómo evoluciona la pandemia en la región. A lo largo de las últimas semanas, hemos leído noticias sobre un rebrote del COVID-19; pero, la información en cifras ha sido confusa o escasa.
¿Qué sabemos con certeza? Una de las fuentes fiables es el Sinadef, que publica el número de fallecidos por todas las causas. Considerando la información del 2018 y el 2019, el número de fallecidos totales por día (en media), y sin pandemia, debería estar en torno a 17. Pero, en mayo del 2020, se registró la lamentable cifra de 73 por día. A partir de julio, este número fue descendiendo; en octubre alcanzó un mínimo de 23 fallecidos.
En noviembre, sobre todo debido a un incremento a partir de la tercera semana, se registraron 26 fallecidos por día; debido (con mucha probabilidad) a las marchas habidas en las primeras semanas de ese mes. En diciembre, se mantuvo este incremento porque, aunque no hubo marchas, se sumaron los efectos de las actividades realizadas por Navidad; con ello, la media fue de 31 fallecidos; la cual se mantiene en estos primeros 17 días de enero.
Teniendo en cuenta, que desde el 3 de enero las fiestas han terminado y volvemos a una situación más parecida a la de octubre, es probable que la cifra de fallecidos disminuya (producto de menos contagios durante enero). Esperamos que las cifras de las próximas semanas lo confirmen.
¿Qué nos dicen la Diresa y el GORE? Sus cifras no reflejaron el incremento de fallecidos. Según sus registros, en octubre hubo 5 fallecidos por día y en noviembre y diciembre 6, lo cual implica un considerable subregistro respecto al del Sinadef, de los 2 últimos meses. En enero, la situación es peor. Según la Diresa solo han fallecido 2 personas por día, en media.
En cuanto al nivel de contagio, el incremento tampoco se ve claro. En octubre la incidencia fue de 9,4 por día por 100 000 habitantes; en noviembre fue de 6, en diciembre 4, y en enero 4,2. Parece que, en octubre, debido a los barridos que se hacían, se registró una cifra más próxima a la realidad. A partir de noviembre, las pocas pruebas diagnósticas que se realizan no permiten obtener información precisa.
La información poco precisa no favorece la buena gestión de la pandemia. Por ello, es importante que la Diresa ponga más esfuerzo en esta tarea; para contar con una base sobre la cual se determine si seguimos o no en zona muy alta de contagios.