A 72 horas de concluir la cuarentena alargada, el presidente Martín Vizcarra sofocó de un martillazo la ansiedad de los piuranos por ganar las calles, ampliado el encierro hasta el 10 de mayo.

La decisión ya se esperaba porque la curva del COVID-19 aun no llega a la cresta, pero todos ven que ya empezó a desbaratar las defensas de nuestro débil sistema de salud.

Piura y su hospital Santa Rosa es un ejemplo de los apuros en que nos ha puesto el virus.

Pero aun cuando se decida levantar la cuarentena, el coronavirus no desaparecerá, por eso son enfáticos los profesionales en exigir a todos los peruanos cumplir con las estrategias mínimas para minimizar el contagio: El aseo general, en especial las manos; el uso obligatorio de mascarillas y la distancia social.

Lo que hace la cuarentena hoy es minimizar el impacto de bajas humanas, pero cuando esta se levante, el virus seguirá al acecho, por ello habrá que aprender a convivir con él cumpliendo con obsesión el protocolo básico y, sobre todo, implementando nuestra propia “autocuarentena” el resto del año, que significa salir solo si es necesario.

Por ello, hasta las escuelas seguirán cerradas este año.