Caminar por las calles de Piura es toda una aventura llena de adrenalina, retos y peligros, al estilo de las películas de Indiana Jones, pues las lluvias han roto pistas e interrumpido caminos e inundado viviendas, pero también generó una serie de riesgos contra la vida y salud de la población.
PUEDES LEER ? Editorial: Acostumbrados a no hacer nada
Hoy no se puede caminar distraido sino a la defensiva, mirando arriba para saltar a tiempo cuando se desplome una vieja pared de adobe remojado. Hay que estar atentos para detectar árboles inclinados que por estos días se desploman estrepitosamente en el momento menos esperado.
Pero también hay que mirar la pista o vereda para no caer en uno de los huecos, charco pestilente, en algún buzón sin tapa de telefonía o, lo que es peor, de desagüe.
Igual hay que ser precavidos para no tocar postes de energía y terminar electrocutados; o caminar por parques y áreas verdes invadidas por el mosquito transmisor del dengue o llenos de basura. Y, algo importante también, estar muy atentos a los asaltantes en moto para no terminar dentro de las estadísticas de asaltados al paso o, algo mucho peor, con una bala en el cuerpo. Así de inseguras se han vuelto nuestras calles.