El emprendedor peruano es ingenioso, creativo y dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad de negocio, así esté en juego la vida. Ya lo demostró con la bendita ivermectina, el “milagroso” dióxido de cloro y demás menjurjes de hierbas aromáticas y raíces que se vendían como pan caliente en la época de la pandemia de la COVID-19.
El peruano, por otra parte, es altamente influenciable y cede sin tapujos ni dudas a la presión social y familiar en el uso de medicamentos para sus dolencias, como ocurre hoy con el agua de coco. Las famosas pipas que, a falta de suero bebible en las farmacias, se han vuelto en el santo grial para muchos que las buscan sin cesar en mercados y puestos de fruta.
PUEDES LEER ? Dengue en Piura: colegio da último adiós a estudiante fallecido
La demanda como era lógico, gatilló el precio. Hoy una “pipa”, que antes se vendía heladita a 2,5 soles, se cotiza en 12 soles. La creencia popular le ha otorgado milagrosas propiedades curativas contra el dengue. Pero los médicos acaban de aclarar: el agua de coco, además de aplacar la sed y de sus propiedades hidratantes para la diarrea, no sirve para elevar plaquetas, no es medicina contra el dengue ni reemplaza al suero, así que no pague ganas ni se deje sorprender.