Somos testigos en estos tiempos de crisis sanitaria, como muchos niños y niñas se encuentran en las calles realizando labores “no académicas” y vulnerando aquel derecho tan fundamental como es su educación. Los apreciamos diariamente limpiando autos, vendiendo bebidas, golosinas, etc. que seguro les servirá para ayudar la tan alicaída economía familiar de sus hogares. Ante este panorama, es necesario recuperar a estos niños y niñas e iniciar con ellos desde la escuela y con apoyo de sus padres una cultura emprendedora que permita no sólo educar de manera cognitiva, sino fortalecer ese espíritu emprendedor que poseen.
La Competencia 27 estipulada en el CN de la EBR “Gestiona proyectos de emprendimiento económico o social”, contempla que el estudiante lleve a la acción una idea creativa movilizando con eficiencia y eficacia los recursos, tareas y técnicas necesarias para alcanzar objetivos y metas individuales o colectivas para resolver una necesidad no satisfecha o un problema económico, social o ambiental. El Minedu define al emprendedor como la persona que asume iniciativas individuales y colectivas para solucionar problemas, que tengan incidencia en su proyecto de vida.
La propuesta educativa debería ser, formar estudiantes emprendedores sociales, que trabajen y ejecuten proyectos sobre temas sociales como educación, salud, iniciativas culturales, medio ambiente, participación ciudadana, derechos humanos; así estarían contribuyendo al crecimiento de su localidad. Nuestros niños tienen habilidades emprendedoras que van descubriendo y desarrollando en el día a día, pero necesitan de la participación y el esfuerzo de todos los agentes involucrados en el proceso educativo que les brinden mayor seguridad y confianza para lograr sus propósitos.
Frente a este panorama, se debería además plantear tres momentos complementarios e interrelacionados para fortalecer a un estudiante emprendedor, con la capacidad de iniciar un proyecto: Identificar, se refiere a reconocer las necesidades y oportunidades que se le presenten. Proponer, construir soluciones creativas e innovadoras frente a lo que ha identificado y dar paso a la acción, a la ejecución y al emprendimiento. No se queda solo en ideas, sino que se esfuerza por llevar adelante su proyecto.