Al igual que en años anteriores, durante los meses previos al advenimiento de un nuevo fenómeno El Niño, diversas instituciones han empezado a “curarse en salud” haciéndose como que se indignan y como que fiscalizan la gravísima lentitud de las obras de mitigación y prevención. Lo real es que las entidades competentes y sus funcionarios con nombre y apellido, lo que están haciendo con su ineficiencia e improvisación es jugar con las esperanzas e incluso con la vida de miles de piuranos.
El caso de la descolmatación del río es ilustrativo de la lentitud e indiferencia con que reacciona el Estado cada vez que debe atender los problemas de la población por graves que sean.
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En el intercambio de puyazos entre el GORE y la Autoridad Nacional del Agua sobre la limpieza del tramo urbano del río (presa Los Ejidos-puente Bolognesi), lo que más resalta no es un interés sincero de proteger a los piuranos. Más parece un intento infantil de tirarse la pelota mutuamente, para salvar cada uno su responsabilidad en el retraso de una obra tan sencilla como rertirar el sedimento del río.
De algo parecido fuimos testigos los ciudadanos hace algunos días cuando la ministra Hania Pérez y el alcalde de Piura Gabriel Madrid sostuvieron un contrapunteo ante cámaras, sobre las trabas en la aprobación de fichas para cuencas ciegas.
Antes o después de las lluvias seguramente seguiremos observando más de estos contrapunteos, en la prensa o en los tribunales, en caso ocurran -Dios no quiera- pérdidas de vidas humanas y daños a la propiedad que de repente pudieron evitarse si cada institución y cada funcionario se toman en serio su función.
De allí también la importancia de no tolerar estas conductas por parte de quienes representan al Estado. Si queremos autoridades y funcionarios empáticos y comprometidos con el bien común, un requisito indispensable es que los infractores sean sancionados y, quienes incurren en delitos, sean encarcelados si el caso amerita.
Una buena manera de exigir eficiencia y respeto a Piura es la marcha de hoy contra la inseguridad, pero también contra la ineficiencia e improvisación del Gobierno en temas tan sensibles para Piura como El Niño.