El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), ha hecho esta semana una preocupante revelación, el nivel del crecimiento de la economía peruana se ha reducido en el mes de julio a 1,41%, procentaje mucho menor que el 3,44% registrado en junio. este tímido crecimiento es el peor desde febrero del año pasado cuando se registró una caída del 3,41%.
No es casualidad esta desaceleración del aparato productivo. En su intento de limpiar su imagen y librarse de la cárcel, el inquilino de Palacio, Pedro Castillo, no solo no gobierna sino que con sus discursos de odio, apoyado por sus ministros escuderos, incentiva la división y ahuyenta la inversión, por ejemplo en el sector minero, hidrocarburos, manufacturas y comercio.
Estos sectores, que en su conjunto representan el 40% del total de la producción nacional, son precisamente los más bajos en crecimiento.
Manufacturas y Comercio antes crecían a dos dígitos y en julio solo subieron 1,55% y 2,85%, respectivamente; en tanto minería e hidrocarburos se contrajeron registrando -5,80% y agropecauario -1.47%.
Es indignante que un país con tantos recursos y oportunidades siga disparándose a lo pies al mantener a un Gobierno y un Congreso que se han dedicado a mirar cruzados de brazos cómo, ante la inacción del Estado, se bloquea carreteras en Las Bambas, se toman rehenes en Espinar para pedir bonos ilegales, se libera a un asesino de policías y hasta se desactiva la erradicación de la coca.
Y ante este caos la respuesta del presidente de la República, ha sido descabezar a la Policía para acomodar a sus amigos y paisanos; desperdiciar un año clave para la recuperación de puestos de trabajo, frenando a las mypes con leyes populistas, tonteando a los agricultores con una eterna licitación de urea.
En fin, poniendo zancadillas al desarrollo de un país hasta hace poco líder del crecimiento de la región. Balance del primer año de desgobierno: enfriamiento progresivo de los sectores clave de la economía.
Como si las medidas, discursos y leyes populistas del presidente, ministros y congresistas que lo blindan no fueran suficientes, los millones de peruanos cada vez más afectados por el incesante encarecimiento de los alimentos, debemos enfrentar también las promesas demagógicas de los candidatos a los GORE y municipios. ¿Hasta cuándo? La economía no da para más.
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