Mientras el país rema hacia la pospandemia, a veces tambaleando debido a las crisis como la generada por la reciente caída del gabinente y la rápida juramentación de uno de emergencia, en la región aún no logramos superar muchos de los obstáculos que nos impiden avanzar hacia la recuperación económica y el control de la pandemia.
Según epidemiólogos consultados por este medio, en más de 100 días de pandemia la mayoría de piuranos hemos aprendido a lidiar contra el virus; aún después del levantamiento de la cuarentena, excepto la cantidad de camas UCI, los índices de pacientes hospitalizados se mantienen en niveles aceptables.
Sin embargo, lamentablemente en lugar de que esto sea un estímulo para extremar la prevención y esforzarnos por bajar cada vez más la velocidad del contagio, el exceso de confianza de algunos empieza a convertirse en una amenaza para todos. Esto explica el súbito incremento de contagios en niños y adolescentes; hay padres de familia que en lugar de sumarse al esfuerzo colectivo de proteger a sus pequeños los están exponiendo al arriesgarse a llevarlos a reuniones de reencuentro familiar o al sacarlos de “paseo” a lugares de alta concentración de público y de gran riesgo de contagio, como mercados, supermercados, paraderos, entre otros.
En el Complejo de Mercados, los intentos ediles de liberar las vías ya han cobrado muertos, dinero y ni siquiera la pandemia ha logrado erradicar a los informales, que otra vez son un riesgo al apoderarse de las vías.
Por ello, los especialistas recomiendan, como ya se hizo en Piura para la contención de otras epidemias (dengue, cólera, chinkungunya, etc), se refuece la educación comunitaria, primero mediante campañas de concientización y luego ejerciendo presión incluso mediante sanciones, dentro de las empresas públicas y privadas, sobre todo con quienes se resisten a usar mascarilla, guardar el distanciamiento o incumplir con el lavado de manos.
En los lugares de gran concentración de público como mercados o calles concurridas, no estaría mal que, ante la imposibilidad de asignar un policía o sereno en cada cuadra, se emita una ordenanza municipal para que los ciudadanos, mediante fotografías o videos, denuncien a quienes incumplen los protocolos sanitarios; y se les multe.