En países vecinos, EE. UU. y Europa, el Perú se vuelve tendencia viral, no por las destacables acciones de los gobernantes, o por los extremos a que hemos llegado en la contienda política, sino todo lo contrario: por triviales y risibles decisiones y acciones de nuestros congresistas populistas.
El colmo de los parlamentarios fue crear hace unos días una comisión para “investigar” si el coronavirus se puede combatir con el cuestionable dióxido de cloro. La decisión dejó al Congreso en ridículo porque es la OMS la encargada de evaluar y avalar el tratamiento médico para la COVID-19, y esta hace tiempo determinó que el dióxido de cloro, más que una ayuda, termina siendo una amenaza tóxica para la salud de quienes están afectados por el virus.
Sí así lo determinó el ente mundial más importante en temas de salud, ¿qué más van a investigar nuestros folclóricos congresistas, que no saben por dónde empezar ni cuentan con la tecnología para refutar científicamente a la OMS? Por cierto, según este organismo, las víctimas de la COVID-19 en el mundo triplicarían las cifras que hasta ahora se manejan y advierten sobre una tercera ola. Habrá que apurar la vacunación.