En su participación en la recientemente concluida CADE, el exministro de Economía, Waldo Mendoza, dijo que el país está “condenado a crecer”.
Esta afirmación aparece precisamente cuando el debate por el futuro del Perú se orienta a oponer el crecimiento y el desarrollo, olvidando que sin lo primero lo segundo es imposible.
El ABC de la economía parece haberse diluido en un pleito ideológico que enfrenta a los peruanos “ricos” y a los “pobres”, a pesar de que la ciencia económica ofrece claves para superar estas dicotomías.
¿Qué podemos hacer para superar los niveles de pobreza actual?
Hacer a un lado cualquier prejuicio doctrinario y trabajar en el incremento de la inversión privada.
Incluso los países con regímenes autoritarios -como China- han entendido que el motor del progreso se activa cuando se respetan las líneas maestras o axiomas de la economía.
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Crecimiento
Sí, el crecimiento es un ingrediente esencial si se busca fortalecer las políticas destinadas a igualar las condiciones de los ciudadanos.
A estas alturas, creemos, nadie aboga por la igualdad radical -esto es, desde la raíz- de las personas. Sino que, en una muestra de madurez, acepta ciertas desigualdades obvias ala vez que trabaja por equiparar las condiciones o “puntos de partida” hacia el desarrollo de los ciudadanos.
¿Qué estamos haciendo en el Perú para lograr el desarrollo?
El 84% de los grandes ejecutivos, gerentes y empresarios del país sostiene que vamos en retroceso. De esta manera manifiestan que hemos retrocedido más del lugar donde nos dejó el expresidente Vizcarra.
Esto quiere decir que la economía se ha deteriorado en un tiempo bastante corto.
Tiene que ver con ello la falta de claridad en el rumbo que se desea tomar. A más de un año de gestión de Pedro Castillo, no tenemos una idea clara de qué representa para el mandatario y su gabinete la fórmula para el progreso.
En otras palabras, vamos a la deriva, son los vientos del debate político los que guían al país, y es la marea de los insultos y malos entendidos los que perpetúan las idas y venidas del Gobierno.
A un mes de terminar el año 2022, el año del Bicentenario patrio, debemos invocar a las autoridades a tomar en cuenta las razones y recomendaciones de los expertos.
Cada día, semana o mes que pasan, son oportunidades perdidas para los más demandantes.
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