El Gobierno Regional acaba de demostrar que no era tan cierto que los piuranos estamos condenados a esperar hasta el 2026 para tener salida del río al mar, como decían y aún siguen sosteniendo algunos voceros de la burocracia estatal.
Según el gerente de Infraestructura del Gobierno Regional, Luis Granda, el pasado 12 de marzo, ante la alerta naranja del caudal del río Piura y el riesgo de una posible inundación, personal del GORE con ayuda de maquinaria pesada trabajó mañana, tarde y noche hasta activar el canal Chutuque dándole un ancho de 8 a 10 metros. Luego el caudal se encontró con la carretera Bayóvar-Lambayeque, que a la vez es un dique, y se llevó un tramo llegando el agua hasta La Niña. El resultado: las aguas represadas en la zona urbana que amenazaban con un nuevo desborde, bajaron significativamente.
Con esta operación -concluye el funcionario-, quedó demostrado que para que el río no se represe, tenga velocidad y arrastre mejor los sedimentos en el tramo entre los puentes Cáceres y Bolognesi, no debe tener obstáculos en la zona de Chutuque.
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Si esto es así, no se entienden por qué el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte se empecina en no recuperar el tiempo perdido y destinar los recursos necesarios para ejecutar las obras complementarias a lo iniciado por el GORE, más aún en la actual coyuntura de emergencia nivel 5.
La tesis y demostración hecha por el GORE es avalada por el decano del Colegio de Ingenieros, quien exhorta a los ministerios, a la ARCC y al propio GORE a dar continuidad con urgencia y de manera articulada, a los trabajos iniciados. La idea es que de La Niña el agua siga su curso hacia el mar, para ello urge construir un puente con un costo de 500 millones de soles y un dique para proteger el estuario de Virrilá y la maricultura.
Mientras se espera esas obras que demandan gran inversión, urge un plan de contingencia que incluya, además de mantener el canal Chutuque (incluso ensancharlo a 40 metros), reforestar la parte alta del cauce porque está erosionada, ya sea con árboles como con plantas pequeñas que crecen en solo dos o tres meses. Otra acción ni bien baje el caudal del río es limpiar el cauce, retirar las estructuras e islotes que dificultan el paso del agua a la altura del puente Bolognesi. Y, contrario a lo que sostiene la burocracia, para estas acciones sí hay tiempo.