Después de un año de licencia, retomo mis funciones como docente universitario en una asignatura de management. El regreso a clases se da en un contexto en el que las instituciones de educación superior han optado continuar con su enseñanza, en modalidad on-line y a través de distintas plataformas digitales. Esta nueva experiencia me ha permitido detectar diferencias, opciones y retos a enfrentar.
Una de las principales diferencias que he encontrado entre la enseñanza presencial y la enseñanza on-line es la cantidad de material abordado en igualdad de tiempo. En una clase on-line se transmite entre el 65% – 85% de material de lo que se solía transmitir en una clase presencial. Esto obliga al docente universitario a desarrollar un fino y preciso cronograma de actividades para cumplir con los objetivos de cada asignatura.
Dentro de las opciones viables para el desarrollo de estas actividades está el aprendizaje síncrono y asíncrono. Se denomina aprendizaje asíncrono si la interacción entre docente y alumno se realiza en espacio y momentos distintos. Mientras que, en el aprendizaje síncrono, el tutor y el alumno se escuchan, se leen y/o se ven en el mismo momento; independientemente de que se encuentren en espacios físicos diferentes.
Por lo tanto, uno de los retos del docente universitario, para que el alumno adquiera el conocimiento y/o competencias necesarias, es encontrar la combinación óptima entre clases síncronas y asíncronas. Dan Levy, docente en la Harvard University, brinda las siguientes sugerencias que, personalmente, valido.
El aprendizaje síncrono es importante cuando se busca interactuar y conocer las opiniones de los alumnos a través de un rol facilitador en actividades como debates, discusiones de casos, etc. Por otro lado, el aprendizaje asíncrono es importante cuando se busca brindar información respecto a condiciones de la asignatura, desarrollar conceptos claves previos a clase o trasmitir conocimientos teóricos que requieren tiempo y reflexión por parte del alumno.
Finalmente, como última sugerencia, si un alumno puede participar en una clase en vivo (síncrono) mientras realiza una tarea doméstica, definitivamente se trata de una clase que pudo desarrollarse de manera asíncrona.
En opinión personal, ambas modalidades de aprendizaje deben complementarse en estricto beneficio del alumno. Por ejemplo, primero, se podría desarrollar una clase asíncrona. Luego, realizar un cuestionario del tema desarrollado. Y, por último, profundizar la transmisión de conocimientos con una clase síncrona.