Finalmente, el Gobierno de Dina Boluarte adoptó la medida que habría aplicado cualquier país democrático que se ve perjudicado por la constante injerencia de uno o más ciudadanos extranjeros.
Mediante un decreto del Ministerio del Interior, en adelante, el expresidente de Bolivia, Evo Morales, no podrá ingresar al país debido a su constante injerencia en asuntos internos del país y a sus actividades destinadas a fomentar en Perú su proyecto geopolítico Runasur.
De acuerdo al documento emitido a través de la Superintendencia Nacional de Migraciones, la medida restrictiva también abarca a otros ocho ciudadanos de nacionalidad boliviana por haber efectuado actividades proselitistas en nuestro país.
Como se sabe, en los últimos meses la Policía había detectado que un grupo de ciudadanos de ese país estaban ingresando a diversos lugares del sur para efectuar actividades de índole política proselitista, lo que, según Migraciones, constituye una clara afectación a nuestra legislación migratoria, a la seguridad nacional y al orden interno.
Los congresistas y políticos izquierdistas admiradores de Morales, quienes ayer se rasgaron las vestiduras victimizándose, olvidan -o no quieren entender- que el Perú es un país soberano y democrático.
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Nuestro ordenamiento migratorio establece que todo ciudadano extranjero en el territorio nacional tiene el deber de conducirse cumpliendo el ordenamiento jurídico, en especial en lo referido a la seguridad nacional y el orden interno.
El señor Evo se niega a respetar eso. Por ejemplo, el día del autogolpe del 7 de diciembre se atrevió a acusar sin pruebas a la “derecha fujimorista” y “medios derechistas” de haber conspirado para destituir a Castillo Terrones.
No solo eso: entre el 2021 y 2022, doce operadores políticos de Morales registraron múltiples ingresos al país. Según da cuenta la prensa nacional, nueve de esas entradas fueron irregulares.
Entre los personajes que llegaron al país se encuentran exviceministros bolivianos y un excanciller de ese país, así como personas vinculadas al Movimiento Al Socialismo (MAS), que participaron en eventos con organizaciones cocaleras y conversatorios donde el tema central fue la “identidad y la descolonización”.
Es curioso que Puno, una de las regiones visitadas por estos señores, sea una de las que registra más paros violentos.
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