El exministro de Salud, Víctor Zamora, en entrevista con El Tiempo, precisó los motivos de por qué el país aún no tiene nada concreto en la compra de las vacunas contra el COVID-19.
–¿Por qué el país aún no tiene vacunas?
Esta compra se puede dar a través de tres mecanismos: el primero, de país a país, y ahí se abrieron las negociaciones con China y Rusia; el segundo mecanismo era que el país le compre a la empresa privada, ahí se hizo los tres primeros preacuerdos con Sinovac (China), Butantan (Brasil) y Pfizer (EE.UU; y el tercero era hacer compras con otros países a través de Covax Facility, que es de la Organización Mundial de la Salud; aquí cerramos el acuerdo con 75.5 millones de soles para garantizar la primera compra de 13 millones de vacunas para el segundo semestre de 2021.
–¿Qué pasó con Pfizer?
Nosotros firmamos con esta empresa un contrato de confidencialidad el pasado 2 de agosto; luego, el 17 de septiembre se firmó el primer acuerdo vinculante en el que se establecen los montos a pagar y el número de vacunas, que eran 9.9 millones de dosis a 118 millones de dólares. La empresa Pfizer presentó un contrato con dos cláusulas que no estaban en el preacuerdo: la primera era que no se hacían responsables de lo que le pase al paciente al momento de vacunarse, y la otra está relacionada al pago; es decir, si el Perú no le cancelaba, la empresa podría embargar bienes del Estado, por ejemplo, la embajada de Perú en Washington o Machu Picchu. El país tenía que dar por adelantado 20 millones de dólares a Pfizer.
–¿El Estado negoció con Oxford?
El mismo acuerdo vinculante que se firmó con Pfizer, se iba hacer con Oxford Astrazeneca, pero también se cayó no por responsabilidad del Estado, sino de la empresa. Oxford debía entregar antes de la firma del acuerdo la información sobre la calidad y eficacia de su vacuna, y no la entregó. Fue entonces que la ministra Mazzetti no siguió más con esa conversación porque se estaba violando un acuerdo previo que es el de confidencialidad.
–¿Con qué otros laboratorios se coordinó?
Continuamos las conversaciones con China (Sinopharm), cuya investigación también se está haciendo en el Perú con las universidades San Marcos y Cayetano Heredia; y también hablamos con Rusia, a través del instituto Gamaleya, que produce la vacuna Sputnik V.
–¿Por qué demoró el Congreso en aprobar la ley que autoriza la llegada de las vacunas?
Nosotros metimos un proyecto de ley al Congreso para que nos facilite el ingreso del producto el 25 de setiembre. Estuvo ahí 77 días, fue aprobado recién el 11 de diciembre. El Congreso detuvo ese proceso porque se dedicó a la vacancia.
–¿La crisis política debilitó los procesos?
Sí, efectivamente, la crisis política ha afectado la ruta de la firma con los laboratorios; el cambio de ministros, presidentes y cancilleres ha debilitado más las conversaciones. Sin embargo, considero que el expresidente Vizcarra debió presionar para que los congresistas la aprueben rápido.
–¿El Estado Peruano tiene capacidad de gestión?
Nuestra capacidad de gestión se fue al suelo cuando nos quedamos sin presidente firme, hemos recuperado legitimidad cuando se nombra al presidente Sagasti, pero aun así es mellada porque pese a que está reconocido por todos los poderes del Perú, su situación es bien frágil. Estos enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Congreso harán dudar a las empresas que quieran vendernos sus vacunas. Ellas siguen el pulso político de los países.
–¿Por qué se apostó por la compra de las pruebas rápidas y no las moleculares?
En el caso de nuestro país, la epidemia nos encontró con un sistema de salud frágil y abandonado. El primer plan contra el COVID-19, se aprobó el 31 de enero con 3 millones de soles, la ministra Hinostroza no consideró que esta enfermedad era una amenaza. Poner esa cantidad de presupuesto para enfrentar una pandemia era ridículo.
–¿Qué pasó con las regiones, porque tampoco tenían equipamiento? Piura es un ejemplo.
Yo llegué al Ministerio de Salud el 21 de marzo sabiendo la crisis por la que pasaba el país. Hablamos de las áreas de cuidados intensivos: Piura no tenía lo suficiente, tuvimos que construir dos centros de hospitalización y uno de ellos fue con UCI. En esta región la pandemia avanzó muy rápido y ni siquiera tenía un laboratorio molecular. No se puede tener un servicio de salud bueno cuando en el tiempo pre-COVID faltaban 60 mil profesionales, entre enfermeras, médicos, técnicos, faltaban ocho mil especialistas.
–En su gestión se vio ese enfrentamiento con el Colegio Médico; actualmente, ese problema se está observando entre la Federación Médica y la ministra Mazzetti. ¿Qué está pasando?
Los profesionales de salud en el Perú no son bien pagados, no trabajan en buenas condiciones, el Ministerio de Salud tiene una deuda salarial que no puede pagar porque el MEF es muy complicado para soltar el dinero destinado a deudas salariales, si el cambio de ministro resolviese el problema ya debería haber mejorado como ocho veces, pero no mejora porque, lamentablemente, es una política no hacerlo.
–¿Tuvo buena relación de gestión con las autoridades regionales?
En las regiones no siempre funcionó la comunicación entre el Ministerio de Salud, EsSalud, las Fuerzas Armadas, los Gobierno regionales y locales, así como el sector privado, y eso debe a las pugnas que hay en el interior de las regiones, que son difíciles de manejar. En Piura, la rivalidad entre el gobernador y el alcalde de Piura era impresionante; lo mismo pasó en Arequipa y Lambayeque. Eso debilita el acercamiento entre el Ejecutivo y los Gobiernos locales.
–Pese a los reclamos de una mejor atención por parte del Ejecutivo, ¿por qué no se atrevió a llegar a Piura?
Yo iba a ir, ya estaba en un avión, pero supe que el alcalde de Piura, Juan Díaz Dios, me había organizado una muy simpática bienvenida, bien violenta, por lo que el viaje se tuvo que cancelar por seguridad; ya luego el alcalde me llamó para decirme que había sido un mal entendido. Pero en mi representación viajó en varias oportunidades la médica Zulema Tomas para que recoja las necesidades de la región. Lamento no haber ido a Piura en plena pandemia.