Bajo el suelo de Lima siempre hay sorpresas ocultas. Desde rieles de ferrocarriles en desuso y cañones de guerras del siglo XIX, hasta entierros y restos de civilizaciones anteriores a la llegada de los españoles. Estos siglos de historia están escondidos bajo capas de tierra y asfalto.
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¿Cómo surgió el interés por la huaca Limatambo?
El profesor José Luis Díaz Alcalde, con más de 30 años enseñando en la Institución Educativa Emblemática Melitón Carvajal en el distrito de Lince, quedó fascinado en 2016 cuando un exalumno arqueólogo le mostró fotos de una huaca llamada Limatambo (o Limactampu) que solía ocupar el espacio del colegio antes de desaparecer en los años 40. Intrigado por la magnitud de la huaca, Díaz inició una investigación más profunda, revisando archivos del Servicio Aerofotográfico Nacional y la Casona de San Marcos, donde encontró fotos antiguas que sugerían posibles ubicaciones de restos arqueológicos.
¿Qué se descubrió en las excavaciones?
Con algunos indicios en mano, Díaz organizó a los estudiantes del Club de Historia del colegio para una jornada educativa de excavación, dirigida por los arqueólogos Karen Luján y Alberto Tapia. Entre el 17 y 18 de julio del año pasado, realizaron excavaciones en una cancha de tenis abandonada junto a la piscina del colegio. Para su entusiasmo, encontraron una veintena de trozos de cerámica y un pedazo de adobe de la huaca. Un análisis del arqueólogo Joaquín Narváez confirmó que estos restos pertenecían al periodo Ychsma tardío, entre 1476 y 1532 d.C. Aunque eran pequeños fragmentos, este hallazgo demostró que aún hay secretos bajo el colegio. Los restos identificados correspondían a tres alfarerías distintas, posiblemente ollas de cuello compuesto o cántaros.
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¿Qué implica este hallazgo para futuras investigaciones?
Según el arqueólogo Tapia, existe la posibilidad de encontrar restos de muros de barro en el sector sur del colegio, donde aún podría conservarse parte de la arquitectura de uno de los edificios principales de la huaca Limactampu. Su colega Luján no descarta la posibilidad de encontrar entierros prehispánicos, como se ha descubierto recientemente en otras huacas desaparecidas de Lima Norte. Mientras tanto, los hallazgos están bajo custodia del Ministerio de Cultura, que determinará los próximos pasos. Limactampu no está en el inventario de monumentos arqueológicos del Perú y se considera desaparecida, lo que complica, pero no imposibilita, un proceso más amplio de investigación.
Las excavaciones podrían seguir adelante, pero la falta de entusiasmo de las autoridades del colegio es un obstáculo. El año pasado, la directora del colegio Melitón Carvajal anunció planes para construir una cancha de pádel, lo que llevó al profesor Díaz a acudir a la UGEL y la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana para evitarlo. Afortunadamente, el Ministerio de Cultura también intervino, advirtiendo sobre la necesidad de un plan de monitoreo arqueológico antes de realizar cualquier obra que implique la remoción del suelo. Sin embargo, el reto es conseguir financiamiento para más trabajos arqueológicos, ya que el presupuesto del centro educativo es limitado.
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¿Qué impacto tendría la construcción de un espacio de memoria?
El profesor Díaz sueña con construir un espacio de memoria para que los estudiantes conozcan el pasado de su barrio. Cree que, aunque el deporte es importante, también lo es la cultura, que fortalece nuestra identidad y conciencia sobre la importancia de sitios históricos como Limactampu. Pese a la falta de comprensión del colegio, Díaz sigue defendiendo la preservación de este legado histórico. Limactampu no ha desaparecido del todo; aún es posible recuperar parte de su historia y aprender más sobre nuestros antepasados.
¿Cuál es la historia de Limactampu?
Limactampu existió hacia el lado este del canal Huatica, en la actual Prolongación Iquitos. Uno de los primeros interesados en esta construcción fue el viajero estadounidense George Squire, quien incluyó un grabado del lugar en un libro de 1877. El arqueólogo francés Adolph Bandelier también recorrió el lugar a fines del siglo XIX y realizó algunos dibujos. En los años 20, los hermanos Risso, dueños de la hacienda Lince, comenzaron a urbanizar la zona, desgastando la huaca. Julio C. Tello, el último investigador en recorrer el lugar, tomó fotos e hizo ilustraciones que se encuentran en los Cuadernos de Investigación del Archivo Tello. A pesar de sus esfuerzos, Tello no pudo impedir la destrucción de esta y otras huacas de Lima.
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¿Por qué se destruyó Limactampu?
El desprecio por la conservación del patrimonio histórico y la memoria de los antiguos pueblos llevó a la destrucción de muchas huacas. Un informe de 1931 revela que la compañía urbanizadora debía destruir la huaca en el jirón Gálvez para el progreso. Incluso existió una ladrillera que utilizaba las paredes de Limactampu para fabricar ladrillos. En 1948, con la construcción del colegio Melitón Carvajal, se demolieron los últimos restos. Este caso ejemplifica el desinterés por nuestro pasado, con otras importantes construcciones incas y preincas también destruidas durante el mismo periodo.