La imagen de soldados custodiando el agua del canal Daniel Escobar podría ser una postal que se repita en Piura cada verano. De acuerdo con César Cárdenas Bustíos, presidente del Instituto Regional de Apoyo a la Gestión de los Recursos Hídricos, la región vivirá un grave déficit de agua hacia el año 2030.
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El problema radica en que la demanda crece a una velocidad mayor de la inversión para generar nuevas fuentes o construir las presas que necesita la región para almacenar el agua que se bota al mar en verano.
Para el especialista, este escenario demanda una acción urgente de todas las autoridades, pero desde su óptica aún no se entiende la urgencia del problema.
“Hay que trabajar desde ahora para que todos podamos poner el hombro y todas las autoridades estén detrás de esto. El problema es que todos se dedican a hacer vereditas, estrechar las avenidas y hacer parques con piletas de agua que no son tan urgentes ahora. ¿Dónde estamos?”, cuestiona el experto.
¿Cuál es la oferta actual de agua potable en Piura?
Sobre la demanda de agua potable para la población, el titular de Irager sostiene que la ciudad ya vive déficit por la menor oferta de agua potable que viene de Curumuy (con un producción de 600 litros por segundo) y de pozos subterráneos (1.000 litros por segundo).
Entre ambos, la oferta promedio varía entre 1.500 y 1.600 litros por segundo, sin embargo, entre ambas fuentes no cubren la demanda actual de 2.400 litros.
Con la construcción del megaproyecto de los 105 asentamientos humanos, la demanda de agua superaría los 3.000 litros. En tanto, con la ampliación de la planta de Curumuy se pasaría de 600 litros por segundo a más de 2.000 litros por segundo.
Para el especialista de Irager, esto no sería suficiente. “El problema es el canal Daniel Escobar. En época de sequía, para llevar agua a Piura deben de soltar [desde Poechos] de 20 a 25 m3/seg, pero cuando se necesita 1.5 metros por segundo. Lo que sucede es que todos los agricultores se prenden del canal porque también están desesperados porque no hay agua y no han regado. El tema es crítico para Piura”, aseveró Cárdenas.
Crecimiento urbano descontrolado
Sobre la expansión urbana, el presidente de la Cámara de Comercio de Piura, Mateo Gómez, calificó que esta se ha dado por la invasión de tierras y por proyectos inmobiliarios informales.
“En los últimos 20 años Piura ha crecido en un 80%, es decir, casi se ha duplicado en superficie. [Sin embargo] el 90% de la expansión urbana ha sido informal porque fueron ocupaciones ilegales o urbanizaciones informales. En ambos casos no se cuenta con factibilidad de agua y saneamiento. Ponen el lote y esperan las redes de saneamiento. Hay un incentivo perverso para no volverse formal por la ley de acceso universal al agua”, señaló el titular de Camco.
Por este motivo en Piura tenemos que solo la tercera parte de las familias tiene acceso a agua potable todo el día y que el 60% tenga acceso a red pública de saneamiento o un pozo séptico.
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Agroexportación requiere mayor inversión en infraestructura hídrica
Sobre la demanda de agua para el agro, el especialista de Irager también advierte un auge agroexportador que requiere mayor inversión en infraestructura de almacenamiento para retener los más de 3.000 millones de metros cúbicos que se botan al mar cada verano.
“El problema actual de Piura es que nosotros estamos creciendo a un ritmo muy rápido debido a las empresas agrícolas que están sembrando productos de exportación”, sostiene.
De acuerdo al titular de Camco, Mateo Gómez, el agua de Piura es un motor de la producción y el empleo de Piura.
“El agua es un verdadero motor para Piura. Un 12% del PBI regional depende del agua porque es clave para las exportaciones, cuyo 41% está concentrado en el producto estrella que es la uva. Además, el 35% de la población económicamente activa (PEA) trabaja en actividades relacionadas directamente con el agua”, señaló Gómez.
El titular de Camco sostiene que ante la crisis hídrica las empresas agroexportadoras lograron salvar el duro momento por sus propios reservorios que tienen al lado de sus extensiones de cultivos.
“La escasez impacta por el costo de las empresas. No por lo que cuesta llevar el agua a los campos, pero si impacta en que las empresas han tenido que hacer enormes instalaciones para reservorios. Con esto han salvado la situación del año pasado que iba a terminar muy mal”, explica.
¿Poechos se puede salvar?
Casi todas las propuestas para asegurar el agua en Piura tienen que ver con el reservorio de Poechos que está próximo a cumplir 50 años de vida útil. El Ministerio de Agricultura y el Gobierno Regional de Piura impulsan un acuerdo Gobierno a Gobierno para que un país se encargue de gestionar Poechos y el Alto Piura.
En Poechos se plantean alternativas de descolmatación, elevar el dique y construir reservorios satélites, mientras que para el Alto Piura, la propuesta es la integración de los tres componentes más importantes (túnel de trasvase con presa Tronera Sur, mejoramiento del riego de unas 31.000 hectáreas del valle viejo y la incorporación de 19.000 nuevas hectáreas).
Sobre Poechos, el decano de la facultad de Economía de la Universidad Nacional de Piura, Humberto Correa, expresó sus dudas.
«[Existe el proyecto del] reservorio de Río Seco que podría almacenar 800 MMC para irrigar el valle nuevo hacia la extensión de La Matanza hasta la frontera con Lambayeque, pero de estos proyectos no escuchamos nada y seguimos pensando que debemos apostar por Poechos que lleva 30 años de los 50 que tiene en que no ha recibido mantenimiento ni se tiene información estadísticas de la infraestructura [para saber] realmente si la podemos salvar o tenemos que hacer una represa nueva”, sostuvo.