Las recientes lluvias en Piura, especialmente en zonas como Ayabaca y Huancabamba, han traído algo de alivio y esperanza a los agricultores y habitantes del Valle de San Lorenzo. Durante la madrugada de este martes, se registraron pequeños aportes de agua que llegaron al reservorio de San Lorenzo, un signo alentador en medio de la prolongada sequía que afecta la región.
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«Gracias a Dios hay algo de agua, no todo está perdido», expresó un agricultor local. Aunque las lluvias aún no generan el volumen necesario para resolver por completo el problema, los caudales permiten, al menos, garantizar agua para el consumo humano y posiblemente destinar una parte a los cultivos de mango y limón, que entrarán en temporada a mediados de noviembre.
Desde la comuna de Tambogrande, el coordinador de agua y alcantarillado señaló que sus principales almacenes de agua en CP 11 y Tambogrande han alcanzado el 100% de su capacidad. No obstante, debido a la incertidumbre de los próximos meses, se implementará un plan de racionalización para prolongar el suministro de agua potable en la zona. Aunque no dio detalles específicos, se presume que este plan incluirá cortes programados para evitar el desperdicio y maximizar el uso del recurso.
Los agricultores expresaron su deseo de que continúen las lluvias en las partes altas de la región para seguir acumulando agua en el reservorio de San Lorenzo. También solicitaron que la administración del agua se maneje con mayor profesionalismo y transparencia, evitando el desperdicio o la distribución prioritaria a grandes empresas agroexportadoras en perjuicio de los pequeños agricultores.
Estas lluvias en Piura son una señal esperanzadora para los agricultores que dependen de las condiciones climáticas, ya que una mayor acumulación de agua en el reservorio permitiría mejorar la situación agrícola y el suministro de agua en los meses venideros.