Roma está enfrentando una de las olas de calor más intensas de su historia reciente. El Coliseo y la Plaza de San Pedro del Vaticano, dos de los sitios turísticos más icónicos y frecuentados de la ciudad, han registrado temperaturas superficiales superiores a los 50 grados Celsius.
Esta alarmante cifra ha sido registrada en tiempo real por miembros de Greenpeace Italia, utilizando una cámara térmica de infrarrojos.
Turismo en declive
Cada día, aproximadamente 25 mil personas visitan estos monumentos históricos, convirtiendo a Roma en un hervidero de actividad turística incluso bajo las condiciones climáticas más extremas. Sin embargo, con las temperaturas alcanzando niveles peligrosamente altos, la experiencia turística se ha vuelto un desafío no solo por el calor abrumador sino también por los riesgos significativos para la salud.
El primer día del verano, el pasado jueves, también marcó un récord en la estación de tren Termini, la más grande de la capital italiana, donde las temperaturas superficiales también superaron los 50 grados.
Esta estación es un importante centro de transporte por el que pasan más de 45 mil viajeros diariamente, intensificando la preocupación por la exposición prolongada al calor extremo.
