El accidente de avión en Alaska, que dejó 10 fallecidos, ha sido uno de los incidentes aéreos más trágicos registrados en el estado en los últimos 25 años. Las autoridades continúan investigando las causas del siniestro mientras analizan los restos de la aeronave operada por Bering Air, en busca de respuestas.
¿Qué ocurrió en el accidente de avión en Alaska?
El pasado jueves, un Cessna Caravan con un solo motor desapareció mientras realizaba su ruta habitual entre Unalakleet y Nome. Menos de una hora después de despegar, la comunicación con la aeronave se perdió, aproximadamente a 50 kilómetros al sureste de Nome.
Los restos del avión fueron hallados el viernes, tras una intensa búsqueda que incluyó el apoyo de agencias locales y federales. El sábado, antes de que fuertes vientos y nieve complicaran la operación, se recuperaron los cuerpos de las víctimas desde un bloque de hielo a la deriva.
¿Quiénes eran las víctimas del accidente de Alaska?
Entre las víctimas se encontraban el piloto de 34 años, residente de Nome, y un pasajero de 58 años también oriundo de esa localidad. Ambos eran figuras conocidas en la región. Dos de los fallecidos, Rhone Baumgartner (46) y Kameron Hartvigson (41), viajaban a Unalakleet para realizar labores de mantenimiento en un sistema de recuperación de calor esencial para la planta de agua de la comunidad.
Otra víctima destacada fue Talaluk Katchatag (34), conocido como TK, originario de Unalakleet. Su hermana lo describió como «un hombre fuerte, de pocas palabras y sabio más allá de sus años». La tragedia dejó un profundo vacío en las comunidades locales, que han mostrado su solidaridad con los afectados.
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¿Qué se sabe sobre la causa del accidente del avión en Alaska?
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) lidera la investigación del siniestro. Según los primeros datos de radar, la aeronave perdió rápidamente altitud y velocidad, aunque aún no se conoce la razón exacta. Un dato inquietante es que no se emitieron señales de socorro, algo inusual considerando que los transmisores de emergencia están diseñados para activarse en contacto con agua salada.
Jennifer Homendy, presidenta de la NTSB, mencionó que el avión volaba en una zona con riesgo moderado de formación de hielo, entre los 2,000 y 8,000 pies de altitud. Aunque el Cessna contaba con un sistema anti-hielo, se está evaluando si este funcionó adecuadamente.