El noroeste de Estados Unidos se prepara para enfrentar desde este martes una intensa tormenta que traerá lluvias torrenciales, nieve en las montañas y potenciales inundaciones en los estados de Washington, Oregón y el norte de California. El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) emitió este lunes advertencias, señalando que esta será la primera gran tormenta de la temporada.
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Según el NWS, el sistema de baja presión que se encuentra frente a la costa noroeste del Pacífico se intensificará rápidamente el martes hasta convertirse en un «ciclón bomba», fenómeno caracterizado por una rápida caída de presión que aumenta la fuerza del sistema.
Amenaza prolongada: riesgos y preparación
Las autoridades han alertado que la tormenta tendrá una duración prolongada, extendiéndose hasta finales de la semana, lo que aumenta el riesgo de deslizamientos de tierra, desprendimientos de rocas y daños a la infraestructura. En el norte de California, se han emitido alertas por posibles inundaciones repentinas, cortes de energía y árboles caídos, particularmente cuando el sistema alcance su máxima intensidad este miércoles.
Los expertos advierten que las fuertes lluvias y nevadas podrían generar interrupciones significativas en las comunidades afectadas. En respuesta, se recomienda a los residentes que tomen medidas preventivas, como revisar techos, limpiar desagües y estar atentos a las actualizaciones meteorológicas.
Impacto en las montañas y el sur de California
El sistema no solo afectará las zonas bajas, sino que también dejará una considerable acumulación de nieve en las montañas, lo que podría dificultar la movilidad en pasos elevados y áreas montañosas.
Además, se espera que una segunda ola de lluvias asociada al sistema avance hacia el sur, afectando la Costa Central y posiblemente llegando al sur de California, aunque con menor intensidad.
Consecuencias esperadas: inundaciones y cortes de servicios
La magnitud del fenómeno podría provocar serias consecuencias en zonas vulnerables. En algunos puntos, las lluvias intensas podrían desencadenar inundaciones repentinas, mientras que los fuertes vientos podrían derribar líneas eléctricas, dejando a miles de personas sin energía.
El NWS ha señalado que estos sistemas son característicos de la temporada, pero instó a las comunidades a no subestimar la peligrosidad de esta tormenta.
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Recomendaciones para los residentes
- Estar informados: Mantenerse al tanto de los boletines meteorológicos y seguir las instrucciones de las autoridades locales.
- Prepararse para emergencias: Contar con un kit de emergencia que incluya agua, alimentos no perecederos, linternas y baterías.
- Evitar riesgos innecesarios: Abstenerse de conducir en zonas inundadas o atravesar áreas con desprendimientos activos.
Con la llegada del «ciclón bomba», el noroeste de Estados Unidos se enfrenta a un reto significativo para la infraestructura y la seguridad de sus habitantes. Las autoridades piden máxima precaución y preparativos anticipados para minimizar el impacto del fenómeno.