Sicarios, ruleteros y delincuentes armados que van dejando un reguero de sangre por las calles saben que, aún con un arma en la mano, son intocables para la Policía. Así es, un efectivo policial a pesar de estar armado tiene pavor usar su arma contra cualquier sicario o delincuente armado para no terminar en prisión preventiva; empapelado judicialmente y hasta retirado infamemente de la institución.
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En vista de esta desventaja, el congresista Jorge Motoya (RP) acaba de presentar un proyecto de ley para que los policías puedan reducir y abatir sin temor ni remordimiento al delincuente que esgrima un arma de fuego. La norma va más allá y comprende incluso la posesión de un cuchillo, machete o cualquier otro objeto que ponga en riesgo la vida de los ciudadanos y del propio policía.
La norma tiene hasta ahora acogida, considerando que la criminalidad ha rebasado a la Policía y ha dejado, solo en Piura, más de 60 muertos. Sin embargo, se teme que la mano de las Ongs defensoras de los derechos humanos tercien en el debate y el proyecto se archive, pues en el Perú, parece que el delincuente tiene más derechos que sus difuntas víctimas.