Esta semana el Congreso elegirá entre dos polémicos prospectos al nuevo Defensor del Pueblo. La pugna está entre Jorge Rioja (‘ahijado del parlamentario Edwin Martines, investigado por fiscalía-caso Los Niños) y Josué Gutiérrez, apadrinado por el controvertido Vladimir Cerrón, quien busca con su aspirante la redención política. Lo preocupante es que este último podría convertirse en el próximo Defensor.
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Para los opositores de Cerrón, su ‘ahijado’ Gutiérrez no reúne las cualidades que debería tener el Defensor de los peruanos, por sus antecedentes políticos negativos y su cercanía a los Humala; escasa formación académica y porque jamás se le ha visto en actividad o diligencia a la promoción y defensa de los derechos fundamentales.
Lo más preocupante, sin embargo, es su cercanía con Cerrón y la manipulación (como lo hizo con Pedro Castillo) que este pueda tener sobre Gutiérrez en caso sea elegido. Hay quienes afirman que sería el títere de Cerrón. Lo irónico es que hasta los Naranjas de Keiko se han sumado al ideal de Cerrón. La esperanza es que ninguno de los candidatos logre los 87 votos necesarios, de ser así se irían por una segunda lista.