Para ir a tono con la fiebre de los Transformers, en el Perú tras la pandemia de Covid-19 los crímenes por encargo; robos violentos; extorsiones; estafas y hasta secuestros al paso subieron a niveles de escándalo. Hoy de cada tres peruanos, uno es víctima a diario de algún delito. Un registro que pone al Perú por encima de los demás países latinoamericanos donde de cada cinco habitantes, uno es víctima de la inseguridad.
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Según estudio de Ipsos, hoy al peruano le preocupa más la delincuencia e inseguridad (33%) que la crisis política (23 %) o el desempleo (10 %); hasta la corrupción pasó a un tercer lugar (22 %). Los robos a punta de pistola, los crímenes por encargo y las extorsiones se han incrementado a tal punto que hoy muchos piuranos tienen pavor salir a las calles o involucrarse con personajes sospechosos.
Y como es lógico, la población culpa a la Fiscalía y Policía de ello. Un 83 % piensa que Fiscalía actúa con mano blanda y permisividad, pues casi siempre termina soltando a los delincuentes; solo un 13 % cree que hace bien su trabajo. El 67 % cree que la Policía hace mal su trabajo y un 78 % opina que el Poder Judicial cumple una mala labor. ¿Será solo percepción?
