En el debate en torno al regreso de los escolares a las clases presenciales tercia ahora algunas facciones del Sutep que se muestran en contra de abrir las escuelas, mientras no se solucione problemas de evaluación, incremento de sueldos y demás argumentos sindicales del gremio. Es decir, ahora el retorno a las aulas, el Sutep quiere convertirlo en un medio de negociación con el Estado. Deplorable.
Y mientras arrecian pedidos, nadie ha sugerido una evaluación a los estudiantes para conocer el nivel de aprendizaje a través del sistema virtual que, seguro, arrojará preocupantes resultados. Tampoco se ha puesto sobre la mesa otro tema inquietante: ¿Cómo y qué presupuesto adicional se va a destinar para recuperar el nivel de aprendizaje de los estudiantes perdidos por la pandemia?
No olvidar que la reapertura de escuelas es un derecho de la sociedad y un privilegio de los menores a la formación, conocimiento y capacitación; por tanto, el Estado y los maestros están en deuda con ellos. El Estado no debe olvidar que el chantaje negociación siempre ha sido la estrategia de gremios radicales. Esta vez no desaprovecharán la ocasión para obtener lo que buscan.
