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Conservar nuestros bosques y páramos: responsabilidad de todos
septiembre 25, 2022
Autor: Redacción El Tiempo

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Por: Antonio Mabres, exrector y profesor de la Universidad de Piura

El 14 de setiembre, tuve la oportunidad de participar en el encuentro Promoviendo la inversión en conservación, organizado por el Fondo del Agua Quiroz Chira. Me agradó mucho conocer esta iniciativa de trabajo por la conservación de los bosques y de los páramos; y saber que muchas de las comunidades de las provincias andinas de Piura se sienten responsables de ese cuidado. Pero, no podemos dejarlos solos: es responsabilidad de todos hacerlo y todos nos jugamos mucho en ello.

Los bosques montanos de nuestra serranía, que llamamos bosques de neblina, desde los 2000 msnm, tienen una función muy importante, la de captar el agua de la humedad de las nubes y entregarla a los ríos que llegan a la cuenca media y baja, donde se concentran, mayormente, la actividad agrícola y la población que dependen de esa agua.

Nuestros páramos

El páramo es un ecosistema, a más de 3000 msnm, en las partes altas de los Andes del norte del Perú (y también en Ecuador, Colombia y Venezuela), donde la cordillera ya no alcanza grandes alturas.

En ellos, la abundante agua de lluvia empapa la tierra y forma lagunas; donde el agua fluye de modo permanente alimentando los ríos.

Los ríos de nuestra región Piura, sobre todo el Quiroz y el Huancabamba, pero también el Piura, tienen sus nacientes y fuentes de alimentación en los páramos y los bosques de neblina.

Y lo mismo el Tabaconas y otros de Cajamarca. El Catamayo-Chira, proviene de los bosques y páramos de Ecuador, más extensos que los nuestros, y proporciona el agua, sobre todo después del embalse de Poechos, hacia áreas agrícolas y poblaciones en la costa, incluido el valle del Piura, por la interconexión de cuencas a través del canal Daniel Escobar.

Es decir, los páramos y los bosques cumplen un rol equivalente a los glaciares y nieves perpetuas de regiones altoandinas más al sur, más elevadas que las nuestras. Por ejemplo, en los glaciares de la Cordillera Blanca nace el río Santa, que se alimenta del derretimiento del hielo a lo largo del año, teniendo por ello un régimen permanente.

El impacto del cambio climático

El cambio climático, con la constante reducción de los glaciares y nevados, produce actualmente un aumento anómalo del caudal de los ríos que abastecen, pues estos reciben más agua al derretirse más hielo acumulado.

Pero el depósito de hielo en disminución se terminará bruscamente y producirá un cambio también drástico en los regímenes de los ríos, que serán más propensos a avenidas y estiajes.

Hay que buscar con tiempo soluciones a ese fenómeno tratando, por ejemplo, de hacer reservorios en partes altas que dosifiquen el agua.

En los Andes norteños, en Piura y Cajamarca, no tenemos ese riesgo derivado del calentamiento global, salvo posibles cambios en el régimen de lluvias.

El régimen de esos ríos no depende del hielo acumulado en las alturas, pero sí de los bosques y páramos. Si permitimos su disminución y destrucción, también el régimen de los ríos se hará más irregular, con grave incidencia en la actividad agrícola.

De hecho, ya es relativamente muy pequeña la cobertura de bosques en las cabeceras de las cuencas y partes altas de los valles. Heredamos muchos decenios de inacción, en los que ha sido práctica usual la roza, o quema de bosques, para ampliar los pastos o sembríos de maíz, trigo, oca, entre otros; o la presión para obtener leña o actividades de tala ilegal, para extraer madera.

Biodiversidad y belleza natural

Algo también muy importante es la rica biodiversidad de esos bosques y su belleza natural. Quedan en nuestra serranía algunos relictos de bosques primarios, no intervenidos, donde crecen abundantes orquídeas y bromelias muy variadas y donde habitan diversidad de aves, mamíferos, algunos de ellos endémicas de rango restringido que solo hay allí. Uno de ellos, el bosque de Cuyas, muy cerca de Ayabaca capital.

La conservación de esos bosques es importante por el agua que proporcionan de modo regulado. Pero, además, es necesaria por su biodiversidad, que puede tener un valor incalculable, para fines farmacológicos, por principios activos de algunas de sus especies de flora o fauna todavía no estudiadas.

Aparte del valor para un turismo sostenible: para observación de aves o con rutas para caminatas, y quizá instalación adecuada de orquidiarios. Hay experiencias ya muy positivas en otros países.

Es del todo necesario, pues, custodiar y conservar los bosques y páramos. Y las comunidades locales, las familias que viven en esos lugares son los llamados a ser guardianas de esos valiosos recursos y en particular de las fuentes del agua que vivifica los valles y lleva riqueza a la gran llanura de la costa.

Pero es obvio que no podemos dejarlos solos con esa responsabilidad: que todos los beneficiados tenemos un deber de justicia de apoyar las actividades de conservación de esos recursos y de vigilancia para evitar actividades que los dañen.

En esto consiste la retribución por servicios ecosistémicos; y este es el papel del Fondo del Agua Quiroz Chira, que hace 8 años se creó con la iniciativa y perseverante gestión de Naturaleza y Cultura Internacional, NCI, una ONG que promueve la conservación en Latinoamérica.

El Fondo de Agua Quiroz Chira aporta fondos propios y de empresas o instituciones para proyectos concretos que contribuyan a la conservación, como, entre otros: 1) la creación de áreas protegidas comunales o municipales que permitan proteger zonas con un valor especial o con mayor riesgo (acogiéndose a la legislación del SERNANP – Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas; 2) promover la reforestación con Aliso y especies propias de la zona; 3) capacitación y asesoría para agroforestería y, en general para mejora de producción y comercialización agrícola, pecuaria y forestal; y 4) el apoyo a las familias para instalar cocinas mejoradas, para reducir el consumo de leña y mejorar la salubridad.

Un ejemplo concreto que el Fondo ha promovido recientemente, entre otras acciones para mejorar la calidad de vida de los pobladores, han sido las plantaciones de tara en agroforestería, junto con café, pues es un árbol del lugar, muy resistente y ayuda a nutrir el suelo, además su fruto actualmente tiene buen precio para exportación.

En el evento se evidenció un trabajo participativo, comprometiendo y capacitando a los pobladores para que sean activos defensores de sus recursos y así, protegen las fuentes de agua y el entorno natural en el que viven.


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Redacción El Tiempo
Redacción El Tiempo. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario El Tiempo. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Piura, el Perú y el mundo.
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