Son tiempos duros, pero no podemos agravar la situación con actos irracionales. Nos referimos a que cada ciudadano que ahora tiene la posibilidad de retirar su CTS o su acumulado de la AFP, debe cuidar su dinero y darle el mejor uso posible.
La plata en las manos, usualmente, dura poco, y es por eso que algunos economistas insisten en decir que el consumo y la economía en general, a corto plazo, se verán beneficiados por la liberación de estos fondos, pero, ¿qué hay de su objetivo como protector de la vejez? ¿Seremos insensatos para gastarlo todo en placeres o lujos? ¿O habrá emprendedores que aprovecharán para sumarse a la productividad e invertirán sus ahorros en un negocio? ¿Cuál es la mejor manera de proceder?
Ser previsor, ser cauteloso y ordenado puede reportar beneficios enormes en esta época de dificultades. Hay que “estirar” el dinero y hacerlo productivo para vivir con menos sobresaltos. Hay una tendencia en nuestros días a subestimar las necesidades y los riesgos que trae consigo la vejez, y eso lleva a ahorrar poco o menos de lo que se podría.
A la fecha, en todo el país, han sido retirados 32 mil millones de soles de los fondos pensionarios. Nos toca, por el bien de nuestras familias, practicar lo más sensato: hacer que el dinero circule y que también nos permita ganar es una opción que podría ayudar a la creación de autoempleos. Recordemos que 3,6 millones de afiliados a las AFP ya no tienen saldo alguno a favor y es necesario emplear nuestros recursos con proyección a la estabilidad. No agravemos la crisis económica ocasionada por la pandemia ni engrosemos el ejército de necesitados que tocan las puertas del Estado para poder subsistir.
Y a propósito, ¿qué pasa con los más pobres, a quienes estas normas impactan en pequeña medida, y que sobreviven gracias al bono universal? Es necesario hacer un reajuste de las medidas en curso pues la pandemia no puede ser ocasión de profundizar las diferencias entre los ciudadanos. De ninguna manera esto significa caer en el abismo tantas veces sorteado del populismo. Lo que puede asegurar que la caída será menos dramática es la generación de empresas familiares, como respuesta positiva a los estragos de esta época.