Parece imposible tener que dedicar un “día mundial” al agua (conmemorado el último 22 de marzo), porque, para la conciencia de la mayoría, el agua siempre ha sobrado. Otra cosa sería el agua potable de la que todavía carecen varios miles de millones de personas, pero esa agua que vemos correr por los ríos, que se acumula en las lagunas y cae tan generosamente sobre el planeta cuando llueve, nos pareciera imposible que esté en peligro de extinción, como decimos de algunas especies de fauna.
Otros dicen que siempre hay la misma agua en el planeta, pero que el cambio climático hace que en algunos años unas zonas estén de sequía y en otras haya inundaciones salvajes, porque con nuestra manera de producir, vivir y consumir hemos desequilibrado el orden de la naturaleza. Sea por una u otra cosa, hay que cuidar el agua y mucho, de cuya totalidad en el mundo solo el 1% es dulce, lo demás es agua salada los mares.
En la Sierra y en la Costa vive el 90% de los peruanos, pero solo dispone del 2% del total del agua dulce del Perú,
que en su mayoría está en la Selva. Ese 2% se produce mitad en los glaciares, que en la época de seca van deshelándose y hacen correr los ríos, y en épocas de lluvias, en invierno, cae en forma de nieve que posteriormente se hiela, y en las lluvias que caen en la Sierra. Pero por el cambio climático, desde el año 1970 al 2006, tanto el Perú como Bolivia estamos perdiendo ya el 30% de glaciares. “También habría que agregar los problemas de contaminación del agua en el Perú, relacionados al uso minero, industrial y urbano. 16 de los 53 ríos de la costa se encuentran contaminados por los relaves mineros y los vertederos poblacionales, algunos ríos de la sierra también corren igual suerte” (Problemática del Agua en el Perú, http://naturalle,bloqspot.com/2007/03
En el plano mundial, el 70% del agua dulce se dedica a la agricultura, pero en el Perú, por el mal manejo, es el 92%. Para el 2050, el crecimiento de la población exigiría un 70% más de alimentos y por tanto grandes cantidades de agua dulce.
En este contexto, las empresas transnacionales manejan el concepto de que el agua es un bien mercantil necesario para la vida y funcional para los DD. HH. y para la sobrevivencia y que, por tanto, hay que privatizarla para un mejor
servicio y, por supuesto, un negocio. Sin embargo, las organizaciones sociales han luchado en el Foro Mundial del Agua, realizado hace años en Marsella, para que se declare que “el agua no es una mercancía; es el bien común de la humanidad y de lo viviente” (Peredo Elizabeth,
“El agua nuevamente entre la vida y la muerte”). En Piura tendríamos mucho que hacer para cuidar mejor nuestra
agua. Cuando llueve torrencialmente en nuestra Sierra, esa agua se desperdicia, muchas veces inundando ciudades y campos, y provocando derrumbes como ahora en Canchaque. Varios años pensamos en las represas intermedias para
los años de sequía que son muchos. ¿Cuándo haremos la primera?