En uno de esos tantos memes creativos y graciosos que abundan hoy por las redes sociales, leí algo interesante: “Los niños y adolescentes de hoy no saben jugar sin internet”.
Y es cierto, en cualquier familia promedio los niños en aislamiento obligatorio hoy, siguen pegados a sus celulares, conectados a los amigos a través de las redes, a la música, juegos virtuales y a los vídeos de diverso contenido.
Es preocupante, pero el entorno de los adolescentes se han reducido a cuatro paredes, un celular y la conexión a internet.
No conocen de la importancia ni participan de los juegos tradicionales y su valor pedagógico y social, de allí que no están aprendiendo a ser tolerantes, democráticos, a demostrar sus habilidades creativas, físicas y mentales, etc., que aportan los juegos tradicionales.
Las redes sociales nos acercan, divierten y mantienen ocupados (embobados), pero también generan el caos, la desinformación y sobre todo, la modorra intelectual y física si es que no se utilizan con prudencia y responsabilidad.
Esta cuarentena alargada es el mejor momento para empezar a jugar en casa, a lo tradicional y con ello recuperar la fraternidad, la alegría y la armonía familiar.