La producción y el abastecimiento mundial de la vacuna “anticovid” no pinta del todo bien en el mundo, de allí la demora en que este fármaco esté en suelo peruano. La guerra por tenerla es tenaz al punto que la Unión Europea amenazó con bloquear todas las exportaciones de este insumo si es que los laboratorios como Astra Seneca no cumplen con entregar las dosis prometidas a la UE, muy rezagada en la producción del fármaco.
El problema hoy es que los laboratorios occidentales y orientales no se dan abasto para cumplir con toda la demanda mundial; mientras que la variante africana de la Covid-19 empezó a desbaratar la eficiencia de la vacuna Novavax y no se sabe hasta ahora, si la evolución del virus podría debilitar la eficacia de otras más. En Alemania ya se restringió el uso la vacuna Astra Seneca para las personas mayores a los 65 años.
La guerra por vacunas, se prevé, durará todo el año en el mundo; tanto en su demanda como en la eficacia de la misma. Por ahora se ha prohibido la venta a empresas privadas y el negocio de las vacunas se realiza solo de gobierno a gobierno. Por eso, si el comando Covid peruano no se aviva, seguiremos soñando con la vacuna.