Hechos sorprendentes e ilógicos se están viendo por estos días.
Por ejemplo, se ha autorizado a los ciudadanos salir a correr a las calles, pero se les exige una distancia, entre corredor, de seis metros como mínimo. ¿Habrá alguien que controle esto? Mientras tanto, en las colas de bancos y mercados hay cientos de personas en una pequeña área formando largas colas, respirando e intercambiando casi el mismo aliento.
Se prohíbe que en los vehículos particulares se transporte a algún familiar… ¿no es mejor y más seguro viajar en su auto que subirse a un bus, moto o mototaxi? Se sanciona la venta y manipulación de equipos sanitarios y médicos, pero en las calles se venden hasta medicinas, mascarillas contaminadas y alcohol sin garantía.
En plena cuarentena se entregó bonos a diestra y siniestra, rompiendo la cuarentena y propiciando enormes colas en las entidades bancarias. El resultado: miles de infectado hoy, algunos con boleto sin retorno. No fue mejor entregarlo por sectores. Igual, se padece por escases de oxígeno, cuando es mejor comprar una planta productora e instalarla en los hospitales. La lógica y los asesores parecen escasos por estos días.