Un grupo de transportistas ha decidido llevar a cabo un paro nacional de transportistas 10 de octubre en Lima y Callao, que se extenderá por 72 horas a partir de este jueves. Esta medida, que afectará a taxis, colectivos, mototaxis y parte del transporte público, es una respuesta contundente a la creciente inseguridad que enfrenta el gremio, especialmente debido al cobro de cupos y actos de sicariato. Walter Carrera, presidente de la Asociación de Transportistas Nacional e Internacional (Asotrani), ha confirmado la convocatoria, que también contará con el respaldo de colectivos juveniles y juntas vecinales.
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La crisis de inseguridad que impulsa el paro
La decisión de iniciar este paro nacional de transportistas fue anunciada por Hernán Mendieta, presidente de Asotrani. Según Mendieta, la situación de inseguridad en el país ha alcanzado niveles alarmantes, y el gobierno no ha tomado las acciones necesarias para enfrentarlo. «La declaración del estado de emergencia ha sido simplemente un saludo a la bandera, ya que la violencia sigue en aumento y continúan los asesinatos», afirmó.
La preocupación por la seguridad personal de los transportistas y sus familias es apremiante. «Cada vez que salimos a trabajar, no sabemos si regresaremos a casa», añadió Mendieta, quien también criticó la «inoperatividad» de las autoridades ante un problema que ha sembrado el terror en la población. «Nuestras autoridades están acostumbradas a no hacer nada. Ellos reciben nuestro dinero mensualmente, pero no toman acciones efectivas», enfatizó.
Demandas de los transportistas
Entre las principales demandas de los transportistas se encuentra la derogatoria de la Ley 32108, que consideran ineficaz para combatir el crimen organizado. Además, exigen que no se apruebe la nueva ley de terrorismo urbano, que será debatida el 9 de octubre en el Congreso. Según Carrera, esta legislación podría afectar el derecho a la protesta pacífica, lo que ha llevado al gremio a iniciar una recolección de firmas en caso de que se apruebe.
A pesar de que la mayoría de los transportistas se unirá al paro, hay algunas diferencias de opinión dentro del gremio. Martín Valeriano, presidente de la Asociación Nacional de Integración de Transportistas (Anitra), ha declarado que su organización aún no ha decidido si participará en la medida y que tienen una reunión programada para discutir su postura. Esta incertidumbre refleja la división que puede existir en un sector tan amplio.
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Reacción del gobierno ante la huelga
El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, ha respondido a las preocupaciones del gremio, afirmando que la organización con la que se reunió recientemente, que representa al 85% del transporte urbano en Lima, no participará en el paro. El gobierno ha prometido seguir implementando medidas para combatir la extorsión en el sector del transporte. Sin embargo, los transportistas que se irán a huelga insisten en que no han sido incluidos en las mesas de diálogo con las autoridades, lo que genera un clima de desconfianza.
En el ámbito local, Carlos Fredy, líder de los transportistas en Lima Norte, ha anunciado que cerca de 400 empresas de transporte se unirán al paro 10 de octubre. Fredy ha solicitado la renuncia de los ministros del Interior y de Transportes por su falta de acción frente a la extorsión que afecta al sector. Este llamado a la renuncia resuena con la frustración que muchos sienten ante la falta de respuestas efectivas.
La movilización como último recurso
Los transportistas consideran que el paro nacional de transportistas es un último recurso ante la falta de respuestas efectivas del gobierno. A pesar de la presión de las autoridades, muchos conductores sienten que su seguridad está en juego y que sus voces no están siendo escuchadas. «Estamos dispuestos a luchar por nuestras vidas y las de nuestras familias», concluyó Mendieta.
Con el inicio del paro programado para el 10 de octubre, las autoridades y la ciudadanía están en alerta, ya que la paralización del transporte público podría afectar significativamente la movilidad en Lima y Callao. La situación destaca la necesidad urgente de abordar el problema de la inseguridad en el país, así como de establecer un diálogo efectivo entre el gobierno y los transportistas.
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Impacto del paro en la población
La realización del paro nacional de transportistas 10 de octubre tendrá un impacto directo en la vida cotidiana de miles de personas que dependen del transporte público para desplazarse. La falta de taxis, colectivos y mototaxis podría generar un caos en las calles, provocando largas esperas y dificultades para llegar a los destinos.
Además, el paro podría afectar la economía local, ya que muchos trabajadores dependen del transporte para llegar a sus empleos. La incertidumbre que rodea el paro también podría provocar un aumento en la tensión social, ya que las personas afectadas buscarán alternativas para movilizarse en medio de la crisis.
La decisión de llevar a cabo un paro nacional de transportistas 10 de octubre pone de manifiesto la creciente preocupación por la inseguridad que enfrenta este sector. Con demandas claras y un fuerte sentido de urgencia, los transportistas esperan que sus acciones logren captar la atención de las autoridades y generar cambios significativos. En un contexto donde la violencia y el crimen organizado parecen dominar las calles, la lucha por la seguridad es más vital que nunca.
Las próximas horas serán cruciales para ver si el gobierno toma las riendas y responde a las necesidades de un gremio que busca, ante todo, proteger a sus trabajadores y sus familias. La movilización de los transportistas es un grito de alerta que no solo busca atención, sino también soluciones efectivas que garanticen la seguridad en las calles y un mejor futuro para todos.
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